Domingo por la mañana, salimos a la calle a disfrutar de uno de los últimos domingos soleados antes del invierno que se avecina y después de un paseo por el centro de la ciudad compramos la prensa y entramos en un céntrico y conocido establecimiento para tomar un café y leer el periódico.
Un camarero de treinta y tantos años, fuerte, mostrando bastantes tatuajes en cuello y brazos y con diversos piercing en su cara y dilatadores en las orejas se acerca a donde estamos, no articula ni una palabra, cuando nos damos cuenta de su presencia levantamos la mirada, saludamos y pedimos un café, mirándonos como si nos perdonara la vida se marcha, volviendo unos minutos mas tarde dejándolo cerca de tu sitio sin mediar palabra.
El pensamiento que te viene a la cabeza es de como se esta estropeando la atención al cliente, en este caso (no ya la por la apariencia física que puede llegar a intimidad), sino por su actitud hacia los clientes, ni un saludo, ni una palabra al atender, ni una media sonrisa, y con esa actitud despectiva por los clientes.
Hace unas fechas nos acercamos también a otra famosa tienda de ropa selecta a comprar unas zapatillas nos encontramos la misma actitud, cuando te interesas por un modelo y preguntas por tu numero, el dependiente, ( esta vez guapete y vestido muy a la moda del momento) te trata con la misma actitud despectiva, aunque al final te lleves unas zapatillas de 150 €.Pero, para ser justos hay que ver las dos caras de la moneda. Este mismo domingo y leyendo en el local del que hablábamos al principio ese periódico que habíamos comprado hacia unos momentos, leemos en el articulo que Rosa Montero titula “Aprendiendo modales en el supermercado”:
Hace algunos días, una amiga mía estaba haciendo cola delante de la caja de un supermercado. Era una hora punta y había mucha gente. Cuando llegó su turno, mi amiga, que ya había vaciado su cesta sobre la cinta, dijo: “Buenas tardes”. La cajera, una chica de aspecto andino, levantó sobresaltada la cabeza de su afanoso marcar y marcar. “Ay, señora, perdone, buenas tardes”, dijo con su suave acento ecuatoriano: “Es que una termina perdiendo los modales”. Y, mientras cobraba, le contó a mi amiga que llevaba cinco años en España y que, cuando llegó, se le habían saltado las lágrimas en más de una ocasión por la rudeza del trato de la gente: no pedían las cosas por favor, no daban las gracias, a menudo ni contestaban sus saludos. “Al principio pensaba que estaban enfadados conmigo, pero luego ya vi que eran así”.
Lo cierto es que la mala educación, los malos modales y la mala actitud no son cosa únicamente de los dependientes, camareros, y personal que atiende a los clientes, sino que muchos de éstos también la muestran, comportándose en muchos casos de forma descortés y exigente.
Como conclusión diríamos se está perdiendo el civismo y la educación en nuestra sociedad, ya no le damos importancia a los buenos modales
Como conclusión diríamos se está perdiendo el civismo y la educación en nuestra sociedad, ya no le damos importancia a los buenos modales
Las fotos y el video que acompañan esta entrada pertenecen al Frame Bar en Atenas diseñado por Dimitris Tsigos
Excelente entrada. Yo creo que es algo muy de Madrid que no sucede en tan gran medida en el resto de España. Pasa también en las tiendas más exclusivas de la calle Ortega y Gasset, donde las dependientas y dependiente te miran por encima del hombro pensando que quién este tío/tía que no conozco de nada. Yo, pensando mal, creo que es una política deliberada de los dueños, que entienden que la exclusividad consiste en ser maleducado y distante con quién no conozcas (aunque tenga la billetera llena que, a fin de cuentas, es de lo que se tiene que preocupar el tendero) y pelota y servil con los cuatro clientes de toda la vida, los fashion victims, los televisivos de medio pelo y poco más. Un tendero es un tendero, ni más, ni menos y no la reina de Saba y su oficio debe ser el de vender el producto al cliente.
ResponderEliminarY si ya es por la zona de Chueca y aledaños, ni te cuento.
Aún recuerdo la amabilidad y profesionalidad con la que me antendieron en la tienda de Polo Ralph Lauren en Londres. Tan amables y profesionales que me llevé una corbata y dos camisas cuando no tenía intención de llevarme nada. Seguramente, si hubieran sido como en Madrid, les habrían zurcido.... y una corbata y dos camisas menos que habrían vendido
Manuel,tienes razon en tu comentario, esto sucede mas en Madrid, en otras ciudades (menos quizá Barcelona)se cuida mucho mas a la clientela.
ResponderEliminarCon malos modales en teoría auyentamos a los clientes y dificultamos su regreso, aunque a veces inexplicablemente no ocurre así. Cuesta mucho hacer un cliente y muy poco perderlo.
Estoy muy de acuerdo con lo último que indicáis, la mala educación, los malos modales, ese comportamiento... muchas veces también puede ser por parte del cliente, mirad el siguiente enlace sobre comportamiento, saludos y buenas maneras en el comercio: http://www.protocolo.org/gest_web/proto_Seccion.pl?rfID=218&arefid=1312
ResponderEliminarY como veo que está relacionado os dejo también un enlace del Foro del Pequeño Comercio de un Tema abierto en el que se habla sobre esos "malos dependientes" mostrando otro punto de vista: http://www.xn--pequeocomercio-unb.es/pequeno-comercio-hoy/satisfacion-del-cliente-detras-del-mostrador-t42.html
Como habláis de cajera, os podría dejar otro enlace del Foro, pero ya sería abusar un poco, sólo decir que hay que mirar en Decálogo del buen cliente.
Por último añadir que a veces me sorprende lo que invierten (o gastan) determinados comercios, cafeterías y otros en instalaciones, mobiliario, decoración... y lo poco que cuidan al personal que es el que te da el ¡Buenos días!
Agora, en primer lugar gracias por seguirnos y por la informacion que nos das en tus comentarios.
ResponderEliminarEfectivamente, tal como decimos en el post y tu corroboras, la educacion y buenas maneras deben ser reciprocas dependiente-cliente, como en toda relacion humana. Precisamente nuestra siguiente entrada es continuacion de ésta y en ella incluimos ese decalogo que comentas y que ya conociamos, vamos a complementarla tambien con parte de la informacion que tu nos facilitas. Muchas gracias y un saludo
Agora se nos olvidaba comentarte, que todo es importante, lo que se invierte en instalaciones y decoracion (invierte en las mayorias de los casos,no gastan, pues se recupera con aumento de las ventas) sin un producto acorde y correcta atención al publico se puede convertir en un gasto pùes es casi como tirar el dinero.
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