Guggenhein Nueva York

Vamos a dedicar nuestra entrada de hoy al Museo Guggenheim de Nueva York y esto por tres motivos:

1.- Comentamos cuando hablamos de Ikea que ese museo fue la inspiración de su dueño Ingvar Kamprad para desarrollar el concepto de recorrido.

2.- Este año se cumple el 50 aniversario del museo,

3.- La exposición monográfica que sobre su autor FranK Lloyd Wright va a tener lugar a partir del mes de Octubre en el Guggenheim de Bilbao.

Hoy se dice que los museos son las catedrales del siglo XX y nos imaginamos que del XXI, y esto se demuestra porque este edificio en si es uno de los puntos de atracción de primer orden de la ciudad de Nueva York .

Quizá el Guggenheim de Nueva York fue el primer gran museo donde la obra de arte era el propio edificio, algo tan de moda en estos tiempos, donde lo que más se busca a veces es el impacto mediático, antes que la propia arquitectura.

Este edificio, tiene su origen en la determinación de una familia judía asentada en Nueva York a comienzos del s.XX, la familia Guggenheim, por mostrar al público la excepcional colección que, desde tiempos de Simón (el primer coleccionista de la familia), se había ido reuniendo.

Será Solomon Guggenheim quien continúe con la labor iniciada por su hermano y decida crear un museo, de forma que, a partir de 1937, la colección comience a ser expuesta en diversas sedes alquiladas a tal efecto. Solomon no sabía a quien elegir como arquitecto para el museo, por lo que pidió a la baronesa Hilla von Rebay que escogiera a alguien. Ella eligió a Wright porque era el arquitecto más famoso del momento.

Tras la II Guerra Mundial se le encarga la creación de un edificio para la gran colección que ya tenían en esos momentos, llevando a cabo éste las obras de 1956 a 1959 con una total libertad de acción. Wright acuñó el término de arquitectura orgánica, cuya idea central consiste en que la construcción debe derivarse directamente del entorno natural.

Desde los inicios de su carrera rechazó los estilos neoclasicistas y victorianos que imperaban a finales del siglo XIX. Siempre se opuso a la imposición de cualquier estilo, convencido como estaba de que la forma de cada edificio debe estar vinculada a su función, el entorno y los materiales empleados en su construcción. Este último siempre fue uno de los aspectos donde demostró mayor maestría, combinando con inteligencia todos los materiales de acuerdo con sus posibilidades estructurales y estéticas.

Inspirador del personaje de Howard Roark en el libro El Manantial de Ayd Rand, que dio origen a la película protagonizada por Gary Cooper.

El proyecto se encontraba envuelto en complejas discusiones entre el arquitecto y el cliente, la ciudad, el mundo artístico y la opinión pública, debido a su contrastante formal dentro de la retícula de la ciudad de New York.

Desde la calle, el edificio parece una cinta blanca enrollada en forma cilíndrica, levemente más ancha en la cima que abajo. Está diseñado en espiral, imitando el caparazón de un Nautilus, de modo que se puedan ver distintos niveles a la vez. Internamente, se desarrollo una galería en forma helicoidal, que ofrece la posibilidad de luz cenital que lleva iluminación a todas las plantas, principalmente al exterior del perímetro (para el interior, se recurrió a la luz artificial. Su zigurat invertido central lo aleja de la imagen que convencionalmente se tenía de un museo y sirve como distribuidor de salas conectadas entre sí, formando galerías que recuerdan el interior de los cítricos. Para acceder a la parte superior del edificio, se dispone de un ascensor y se baja por una suave rampa. La forma correcta de visitarlo es subir en ascensor hasta la parte alta e ir bajando por la rampa helicoidal, mientras el visitante ve las obras, como un paseo. En la práctica, muchas exposiciones se plantean en sentido ascendente, es decir, contrario.

El edificio resultante es una construcción formada por dos bloques bien acomodados al entorno en el que se insertan y destinados a fines diferentes (uno para la colección y otro para los servicios del museo). Debería haber habido al parecer un tercer bloque, decidido por Wright junto con la familia Guggenheim, que no se llegó a construir.

Es pues una hermosa creación de vanguardia, en lo que a la arquitectura se refiere, que conjuga las ideas de perfección del círculo con las corbusianas. Sin embargo, desde el punto de vista del tránsito de los visitantes, por ejemplo, plantea problemas puesto que la forma de espiral obliga a una sola e incómoda circulación.

Conocerá de todas las maneras imitaciones posteriores e incluso una ampliación, llevada a cabo en 1992 por Siegel y destinada a albergar las colecciones permanentes. El edificio fue complementado adosándole una torre rectangular, más alta que el espiral original. Esta modificación del diseño original de Wright generó también una fuerte controversia.

La mayor importancia de este edificio es la otorgada por el hecho de que, discutible o no su validez, inaugurará el concepto de “cadena de museos”.

El Museo Guggenheim Cumple 50 Años


5 comentarios:

  1. Qué maravilla de entrada!!

    A mí el Guggenheim me encanta aunque tiene, como bien decís, dos problemas enormes:

    1.- No pega ni con cola en NY, es como una nave espacial reluciente que hubiese aterrizado en la retícula. No creo que haya otro edificio que encaje menos en el entorno de Manhattan, aunque el contraste con el parque es sensacional;
    2.- Es un desastre como espacio expositivo. A veces funciona (recuerdo una exposición de Ellsworth Kelly hará una década), pero ni aún así. No me explayo porque lo explicáis a la perfección.

    Frak Lloyd Wright era también un tipo raro, autor de una arquitectura fascinante y un poco fuera de su tiempo. Hay cosas suyas que me vuelven loco (y que visité en mi primer viaje a EEUU hace ahora 30 años) como el centro Johnson en Racine (Wisconsin), una red de gasolineras en Minnesota. Y por supuesto Falling Water.

    Curiosamente muchos edificios suyos se han utilizado en películas o series de ciencia ficción (Blade Runner, por ejemplo), pero son los de estilo neo-azteca (como el hotel imperial de Tokio), por llamarlos de algún modo, que me gustan menos. Sigue pareciéndome un genio absoluto de la arquitectura y el diseño.

    Me gusta mucho el Guggenheim, me da pena que vaya un poco sin rumbo, en parte por la expansión de la "marca", que les ha obligado a vender cuadros de las primeras vanguardias y a montar exposiciones de motos o de trajes que en mi opinión (quizá soy un carca) no deberían tener cabida en un museo de arte.

    El edificio museístico de NY que de verdad me disloca es el Whitney de Breuer... Pero eso mejor otro día.

    Justo ahora que me quedan dos telediarios y no sé cuánto tiempo voy a estar desconectado empezáis las entradas sobre museos...... No me quejo, no me quejo, al contrario, ya sabéis que soy vuestro más rendido y fiel fan(s).

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  2. Qué maravillosa entrada la de hoy! aunque entiéndeme, todas son geniales, pero hoy me has dado en el clavo!

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  3. Breck, a nosotros el edificio nos encanta aunque no sirva para museo de pintura, quiza deberian pensarse otra utilidad, como en la sala Ballena del Guggenhein de Bilabao,
    El problema que estan teniendo con los edificios de Wright es su restauración, ya que la tecnica del hormigon en esa epoca no estaba dominada y estan surgiendo grietas y fisuras que son de dificil y costosa restauración.

    Gracias por seguirnos, lo de los museos ha surgido por unir temas y por la exposición de Wright. Esperamos que tu desconexion sea lo mas breve posible.

    Estha, gracias por tu comentario, nos alegra que te guste la entrada. Ya sabemos que nos sigues, asi que cuando quieras dejanos algunas palabras.

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  4. Me encanta el Guggenheim, pero me parece un museo incómodo, precisamente por su diseño en espiral que, lejos de ayudar, dificulta la visita. Al margen de cómo esté organizada una exposición, siempre encuentras gente recorriéndola en sentido contrario, y resulta todo un poco caótico.
    Ví la exposición de Wright este verano, muy interesante. Una lástima que la mayoría de los diseños que incluye nunca pudieran llevarse a cabo.

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  5. Mcarmen, si , como ya se dice en la entrada el recorrido obligatorio en espiral no es la mejor solucion para un espacio expositivo, de ahí el caos cuando alguien no sigue la corriente, en eso estamos todos de acuerdo y tambien en que apesar de eso el diseño del edificio es precioso, aunque quien lo conoce bien afirma que no pega con el estilo de Nueva York, (quiza el de Bilbao tampoco pega con el "estilo Bilbao" y tambien nos parece bonito, quiza en esos contrastes este parte del encanto.

    En cuanto a la expo de Wright, estamos deseando ir a verla, aunque nosotros nos tendremos que conformar con verla en Bilbao, y sí, es una pena que muchos de los proyectos no se llevaran a cabo.

    Gracias por tu comentario y bienvenida a este apartado.

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