La volumetría del pabellón esta compuesta por un círculo, una cruz, un hexágono y un rectángulo. Las cuatro formas básicas de la geometría euclídea, se han ensamblado para construir una pirámide envuelta en una membrana blanca y translucida. Las caras de la pirámide son sucesivamente paredes (cubierta) y suelo, de tal manera que rotando el pabellón se pueden dar hasta cuatro soluciones espaciales.
Como en un juego de dados, los actos organizados se suceden y en función de la posición adoptada cada escenario propone un nuevo evento. Cada una de las caras de este tetraedro adopta la configuración perfecta para el tipo acto que deba soportar, dice propagandísticamente Koolhaas: una planta rectangular para proyecciones cinematográficas, una cruz griega para exposiciones de arte, una circunferencia para eventos especiales y un hexágono para pases de modelos. De esta forma, supera también el agotado modelo de un único plano (casi siempre rectangular), diáfano y aséptico que se nos sigue vendiendo como versátil y flexible, cuando en realidad lo único que está es vacío.
Koolhas como siempre empujando la arquitectura tal y como la conocemos hacia sus límites conceptuales y técnicos. A nosotros como concepto nos parece estupendo, y en el anteproyecto nos parecía muy atractivo e interesante pero, a nuestro entender, el resultado final ha quedado un poco deslucido no cumpliendo las expectativas iniciales.
Videos explicativos de la presentación del proyecto por parte de Koolhas y el primer montaje del mismo en Seul.
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