Pequeño Comercio Tradicional II

El comercio tradicional es, y ha sido desde siempre el motor vitalista de los barrios y por ende de las ciudades. Una ciudad sin comercio minorista, es una ciudad sin vida. Las tiendas del barrio aportan familiaridad en el servicio y una relación más humana y personal. Aporta riqueza ya que al contar con un número elevado de pequeños empresarios, éstos contribuyen al desarrollo de los barrios y crean un importante numero de puestos de trabajo.

El comercio tradicional o pequeño comercio cuenta a su favor con la calidad, tanto en el trato como en los productos, la cercanía hacia el cliente, tanto física como en el trato, la profesionalidad, ya que nadie conoce sus productos como el pequeño comerciante.Ciertamente, los precios de las grandes superficies y cadenas son difícilmente equiparables. Esto lo consiguen comprando en grandísimas cantidades a grandes productores. Contra esto estaría la opción de la calidad, vender poco pero de mucha calidad. Más caro, sí, pero productos infinitamente mejores y comprados a un pequeño productor. La unión entre pequeños productores y pequeños comerciantes puede ser un factor de éxito.

Y luego está el trato. El comercial de un gran almacén o superficie es un vendedor tan válido como cualquier otro, con la diferencia de que está desmotivado. Le pagan –poco- por vender. Mientras sea correcto, poco importa que se gane o no al cliente. El pequeño comercio debe hacer sentir al cliente especial, hacerle ver que es “mejor” por comprar en un lugar no pequeño, sino “selecto”. Ganarse la amistad de los que siempre vienen y atraer a los nuevos. Dedicar unos minutos a “engatusar” al cliente hablándole de las maravillas de sus productos, y hacerlo con franqueza: son más caros, pero también son mucho mejores. Dar al cliente la oportunidad de probar o dejarle tocar. Que pierda tiempo si puede. Y una correcta remuneración de los empleados también es importante. Un empleado satisfecho venderá esa imagen aunque no se lo proponga.

Otra de las soluciones es también muy simple y ya se está llevando a cabo en muchos sitios de España: la unión de diversos pequeños comercios cercanos en asociaciones de comerciantes.Unidos se puede presentar batalla con mucha más fuerza y de una forma inteligente. Pero también, en los barrios pequeños, se pueden organizar actos y actividades, haciendo comunidad se hacen clientes, se atan lazos. La compra ya no es una necesidad, es una actividad social. Somos seres consumidores y seres sociales, y se pueden ofrecer ambas cosas, y con calidad.

En cuanto a la libertad de horarios, también aquí puede hacerse cambios. Gracias a las nuevas tecnologías se pueden conseguir soluciones innovadoras, sirva como ejemplo una asociación de comerciantes gallega que ha creado una “galería comercial virtual”. En ella, a cualquier hora del día o la noche, y tan solo con tener acceso a Internet, se puede a las tiendas del barrio, verlas en una imagen de 360 grados, casi como estar en la calle, comprar, y a la mañana siguiente esperar a que un repartidor entregue los productos a domicilio a la hora que mejor convenga. Sin necesidad para el minorista de tener a un dependiente de noche y con las ventajas para el consumidor de no tener que salir de casa y teniendo plena confianza en la calidad de lo comprado.

Podríamos resumirlo diciendo que, manteniendo su esencia, en el momento actual el comercio tradicional debe aprender de las franquicias y de la gran distribución.

De las primeras, debe aprender a conjugar las ventajas del servicio al cliente desde la proximidad (cómo ha hecho toda la vida el comercio tradicional), pero con técnicas de servicio al cliente inspiradas en los “grandes”: protocolos de atención, cuidada postventa y orientación a la satisfacción del cliente por encima de la rentabilidad de una compra individual.

De la Gran Distribución debe aprender técnicas de Marketing y aprovechar sus factores críticos de éxito ( el comercio tradicional es valorado por su proximidad y cercanía) para, con técnicas de marketing de bajo presupuesto (promoción, relaciones públicas, etc.), competir en “la liga de los grandes”.

Lo que no puede hacer el comercio tradicional es “echarse a dormir” y quejarse constantemente de que los clientes no vienen a “comprar mi mercancía, en el horario que a mi me conviene, con los empleados de toda la vida que le atienden como toda la vida se ha hecho”.

El comercio tradicional para salir a flote tiene que reinventarse y reposicionarse. Ahora solo queda moverse.


Extrañamente nadie ha preguntado por las fotos de los post dedicados al Pequeño Comercio Tradicional, casi todas extraidas de una pagina de fotografias americanas antiguas muy interesante
http://www.shorpy.com

3 comentarios:

  1. Nadie ha preguntado por las fotos porque esperábamos la segunda entrada... Son espléndidas.

    Se ha publicado en EEUU, por cierto, un libro interesantísimo llamado "Store Front: the disappearing face of New York" sobre las tiendas de barrio que van desapareciendo, lo encontráis aquí: http://www.amazon.com/Store-Front-Disappearing-Face-York/dp/1584232277/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=books&qid=1248790312&sr=1-1

    Por lo demás, 100% de acuerdo con vuestro post. La idea gallega de la web es buenísima. Las tiendas pequeñas tienen que renovarse, reciclarse y especializarse. pero que no desaparezcan...

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  2. BRECK: Y como sabias que ibamos a continuar con ese tipo de fotos y no unas de tipicos comercios madrileños de principios del siglo pasado???... bueno, si, vale, era facil de suponer.....porque, es cierto, son estupendas.

    En cuanto al libro que nos recomiendas, ya lo estuvimos hojenado hace tiempo en Phanta Rei, libreria que suponemos casi seguro que conoces pero que de no ser asi te recomendamos (C/ Hernan Cortes, 7. Zona Fuencarral-Tribunal. Nos gustó, pero ya tenemos varios de parecida temática.

    Un saludo

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  3. Conozco Panta Rhei y me da como perezón. Hace 20 años me habría dislocado, pero ahora me parece demasiado "producto". Con lo que me gustan las librerías... me estoy haciendo mayor.

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