
Se trata de una situación que, cuando estas en esta profesión, se te plantea con cierta frecuencia, ya que muchos clientes intentando recortar los gastos de la intervención en su local intentan aprovechar el máximo de lo que ya hubiera: iluminación, fachada, techos, suelos, instalaciones, etc., En lo único que si están dispuestos a invertir, pues se han concienciado de su importancia, es en el mobiliario y la pintura, y como mucho, en el refuerzo de la iluminación.

La verdad es que a nosotros no nos ha llegado de momento ninguna intervención en la que el mobiliario existente fuese digno de conservar, lo que si nos hemos encontrado han sido algunos espacios singulares en los que hemos intentado intervenir con respeto, restaurándolos e integrando los nuevos elementos.

Un caso que nos llamo la atención hace unos años fue la apertura de la Optica Toscana en la Calle Hortaleza de Madrid, reconvirtiendo un antiguo almacén de semillas de 1881 en una óptica de vanguardia, conservando los suelos, los muebles, la fachada y adaptando su funcionalidad. Una intervención aplaudida desde muchos ámbitos, incluso se llevo el premio de la comunidad de Madrid a la mejor rehabilitación de comercio Histórico en 2006.



Este tema puede resultar muy controvertido dependiendo del punto de vista, el nuestro es que no todo es posible conservarlo y adecuarlo a los nuevos usos y que además de estético resulte funcional y comercial, es por ello que quizá sea muy conveniente asesorarse y meditar muy bien cuales van a ser las necesidades de la nueva actividad antes de decantarse por un local de este tipo. Así evitaremos actuaciones erróneas que puedan ser irrecuperables.
Estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Cierto es que el ejemplo que habéis elegido es especialmente bueno, hay algún otro, como un antiguo almacén de pinturas y ferretería en la calle Postas convertido en tienda de souvenirs que es una lástima, pero más que nada por la naturaleza barata (en el peor sentido de la palabra) del nuevo negocio. Lo mejor es que el diseño antiguo ha sido conservado plenamente.
ResponderEliminarUna de las cosas que más me gusta de los diseños de finales del XIX hasta la guerra civil es el grafismo. El de Robustiano Diez Obeso (es que sólo el nombre ya en sí es bestial) es fabuloso. Los diseños gráficos actuales no es que sean mejores o peores, pero nace con vocación efímera y desdeel punto de vista conceptual todo es distinto.
Cambiar los suelos originales habría sido un crimen...
La verdad es que las tipografias antes eran mas elaboradas, ocurre como con la escritura, hace bastantes años se daba muchisima importacia a la caligrafia, cualquiera de nuestros padres o abuelos escribian con una caligrafia que ya deseariamso nosotros y no digamos los chicos de ahora.
ResponderEliminarEn cuanto a los locales tambien es cierto que en todas epocas se hacen cosas mejores y peores y suele ser lo mejor lo que permanece, habra qu esperar a ver que sobrevive de las cosas que se hacen ahora y como lo vemos dentro de unos años. A veces es la patina del tiempo lo que hace ver algunas cosas de forma diferente.
Los de Toscana han abierto un nuevo local en el barrio de Salamanca, concretamente en la calle Claudio Coello, que sí tiene, creo, un diseño más moderno y más acorde con las necesidades adquisitivas del cliente...
ResponderEliminarY, sí, es cierto que el personal es bastante majo
Tienes Razon Manuel, abrieron dentro de la nueva Tienda Isolee que esta en la calle Claudio Cuello, ya hablamos de ella cuando se inaguro..
ResponderEliminarhttp://revisioninterior.blogspot.com/2008/12/isolee-2.html
Muchas gracias y saludos