Mirando Atras - Esprit Serrano

Hoy vamos a hablar de una marca que no ha desaparecido, es más ha regresado a nuestro mercado después de un intento fallido de su expansión en el pasado; nos estamos refiriendo a la firma Sprit, que en la actualidad tiene orientado su negocio en nuestro país hacia una línea joven sport a un precio competitivo, un poco en el target de clientes de Srpingfield o Pull & Bear, pero que hace unos años era mucho mas selecta, cuidando al máximo todo lo que correspondía al diseño tanto de sus tiendas como de sus productos.

En los años 90 sus tiendas estaban firmadas por los grandes arquitectos del momento, entre otros Ettore Sottsass con su estilo postmoderno al estilo Mendini o Norman Foster; la de Madrid estaba realizada ni mas ni menos que por el arquitecto Antonio Citterio, en aquel momento emergente y hoy muy reconocido en el panorama mundial.

La marca Esprit nace en California en 1968. A partir de 1975 inicio una expansión que la conduciría a Canadá, Australia, Hong Kong y Europa, contando en la actualidad con delegaciones por todo el mundo. Proponía una moda juvenil y de aspecto natural, y desde sus comienzos estuvo arropada por una potente imagen propia, que aumenta el valor añadido del objeto de consumo.

Una “imagen corporativa” fruto de la voluntad de sus fundadores, Douglas y Susan Tompkins, del propio equipo de diseño de la empresa, y de la colaboración inestimable de excelentes profesionales en diversos campos.

Antonio Citterio, arquitecto y diseñador milanés, proyectó un sistema para la tienda de Esprit suficientemente versátil como para amoldarse a los condicionantes específicos de cada caso.

En el proyecto de Madrid, ubicado en la calle de Serrano 4, un local con poca fortuna y alejado de la entonces zona comercial, pues recordemos, en aquella época llegaba hasta Goya o como mucho hasta la esquina con Jorge Juan (gracias la tienda de Loewe), donde no han prosperado ninguno de los negocios que allí se han instalado. Fue inaugurado en abril de 1990, y en él Citterio y Terry Dwan adaptan este sistema a la tienda y al showroom contiguo, comunicados por un paso bajo el portal del edificio.

Sobre un espacio neutro – se regularizan las paredes interiores revocándolas y pintándolas con pintura pétrea de color gris y se coloca un suelo de tarima -, el gran protagonista del espacio es la gran escalera que establecen dos recorridos: uno dirigido por la escalera que aborda al cliente que llega a través de la puerta de vidrio situada en el chaflán del edifico y que o bien baja a la planta principal (situada un metro por debajo del nivel de calle), o sube a la entreplanta; y un segundo que se establece mediante la disposición perimetral de expositores, ya sea sobre las paredes o sobre bastidores de acero galvanizado.

Una serie de grandes mostradores, de geometría casi esquemática, completa y define las diferentes zonas dentro de la tienda. Mesas, estantes y expositores a base de tableros barnizados con chapa galvanizada y vidrio.

La imagen busca ser natural: los materiales se muestran como son, sin acabados posteriores; la iluminación se cuida al máximo, eligiéndose para ello focos de teatro con rendimiento de color alto que no distorsiona los colores. Una imagen de resonancias industriales, de pasarelas y escaleras de acero, de instalaciones a la vista, de elementos que quieren ser estandarizados, pero con una reciedumbre amable. Que nos demuestra que a pesar del paso del tiempo 20 años y las modas siguen siendo muy actuales.