Atrevete

En estos momentos en los que casi todos atravesamos por una situación más o menos difícil, el pensamiento positivo es fundamental para seguir adelante. Somos lo que pensamos. Si nuestro discurso interior es negativo pues somos eso: seres pesimistas irradiando energía negativa.
Por el contrario, si nuestro discurso interior es positivo somos seres que creamos y emanamos energía positiva.

Una forma de contribuir a ello es hacer algunos pequeños cambios en nuestro entorno que nos lleven a cambios mucho mas importantes. Como ejemplo tendríamos el estupendo anuncio de Ikea titulado "Atrévete", que podríamos aplicar a cualquier ámbito, e incluso al mundo del comercio y el retail.

Atrévete
A cambiar lo que es feo
A luchar contra lo gris
A tener menos cosas
Atrévete a la luz
Atrévete a probar y a equivocarte
A fijarte en los detalles
Vamos, abre las ventanas, las puertas, atrévete.
Empieza a cambiar pequeñas cosas y descubrir que no son tan pequeñas
Tu revolución empieza en casa

En 20 segundos y si exceptuamos la ultima frase que es la que identifica a la marca, el texto expresa esas ansias por salir adelante con pensamiento positivo. Nos lo ha recordado la muy interesante entrada que hemos leido hoy en el blog de Antoni Flores, titulada "Generación Re", en cuya introducción nos dice:

“RE” no es una generación biológica, no aglutina a una serie de miembros unidos por su edad, RE es mental y une a todas aquellas personas que quieren sobrevivir a los tiempos que nos han tocado vivir. RE es una generación de actitudes de supervivencia y flexibilidad, de dinamismo y optimismo.

RE de reaccionar, remontar, replantear, revivir, reconsiderar, remodelar, reconvertir, redimensionar, retroceder, reprogramar, reducir, recortar, rescatar, refinanciar, reciclar, retirar, reconstruir…DE NO REPETIR… RE de Revolución?

Todo un grito de lucha para estos tiempos difíciles que nos han tocado vivir.

Las imágenes que acompañan esta entrada pertenecen a la tienda de Fred Perry en Londres que nos parece también transmite eso que podríamos llamar “buenrrollismo”.