“Gurús de Estilo”



En nuestra sociedad hay personas a las que consideramos dotadas de un gusto o estilo por encima de la media y por ello cualquier cosa que ellas sugieren o muestran, ya sea en vestimenta, complementos, decoración e incluso eso que llamamos “estilo de vida” se convierte en tendencia y mas tarde en moda.



Diseñadores como Tom Ford marcan estilo, no solo por con sus diseños, sino con casi todo lo que dicen o hacen y así al dirigir una película como “A single man” en la que de una forma preciosista se muestran toda una serie de detalles en los que se intuye una manera de vivir muchos de ellos son adoptados por una parte del publico y sus admiradores y se ponen de moda.


“Gurús de estilo” hay de toda clase y condición (y mas desde la consolidación del fenómeno Blogger e Internet). Personalmente no entendemos como algunos lo son, en cambio a otros si los admiramos y entre estos últimos se encuentra Tyler Brûlé, director y creador de revistas tan influyentes como Wallpaper y Monocle. De él y de algunos de sus artículos hemos hablado ya en este blog, mas aun desde que todos los meses el diario El País ofrece un resumen de algEnlaceún artículo suyo en su sección El País Viajero.


En estos días parece que esta de actualidad y podemos leer varias entrevistas que le realizan entre otras la revista de Decoración AD en su ultimo numero y el diario El País en su sección Gente, el sábado pasado. Esta última es una entrevista extensa, pero en ella encontramos unas cuantas frases que pueden muy bien resumir su pensamiento y nos han dado que pensar y concluir que sin duda es todo un personaje que “lo tiene claro”.


El mito de Brûlé nació cuando le dispararon dos veces en Afganistán. En la cama del hospital pensó en las cosas que de verdad le importaban y llegó a la conclusión de que eran sus amigos, tener una casa agradable y viajar. Desde entonces ha transformado esa visión de sí mismo en dos negocios de éxito. Primero fundó la revista Wallpaper* y luego Monocle.


Monocle es una revista de éxito internacional, un producto impreso, en una época de crisis en los medios de comunicación. Un compendio de noticias de todo el mundo, con una decidida aversión al mundo de los famosos, que puede hablar tanto de contratos de armas saudíes como de reportajes de moda en peluquerías de Tokio, todo ello aderezado de una fascinación obsesiva por la aviación. El tema de fondo de la revista es la infraestructura de la vida internacional.


Según él mismo dice se venden más de 70.000 ejemplares de Monocle, a seis libras esterlinas cada uno. Según el organismo auditor ABC, en Gran Bretaña se vende 11.000 en los quioscos y 2.000 por suscripción, y el resto salen al extranjero.


El año pasado fundó una emisora de radio digital de 24 horas que parece querer ser una especie de BBC Radio 4, la sesuda emisora pública británica, y, aunque todavía no ha logrado su misma profundidad, es evidente que tiene ambiciones. Si a ello se añaden un periódico semestral y una cadena mundial de tiendas que venden los accesorios necesarios para llevar una vida inspirada en Monocle, se obtiene una imagen aproximada del imperio de Brûlé.


Brûlé es un urbanita, un globalísta, y se desespera, ante todo, por la falta de innovación en su país de adopción. “Hay tanto talento internacional en Londres –arquitectos, diseño gráfico, pero es a pesar de todas las dificultades, no porque el Gobierno y el sector privado colaboren para promocionarlo. Se produce gracias a las fuerzas naturales, a que somos la lengua inglesa, estamos en la UE. Un austriaco no puede llegar a Nueva York y, sin más, conseguir trabajo como diseñador gráfico, pero aquí sí”.


Monocle se pasa la vida asegurando que Copenhague y Helsinki son los mejores sitios del mundo para vivir pero Brûlé deja claro el conflicto entre el esteta y el hombre de negocios. “Los escandinavos son un poco demasiado socialistas”. Muestra el despacho con la mano. “Todo lo que hay en esta habitación viene de Escandinavia, pero los permisos de maternidad nos matarían”. O sea, puede que Copenhague sea el mejor sitio para vivir en el mundo de Brûlé, pero no para dirigir una empresa. En cuanto a los viajes y su pasión por volar dice que . “Estoy empezando a hacer grandes viajes, en lugar de solo ir y volver”.


Según dice el autor del articulo las plantas del edificio donde se ubican la revista, la radio y la consultoría son como un moderno estudio de arquitectura dirigido por una secta. Y para muestra otra de sus frase “Hay que prestar atención al detalle”, dice. “Soy firme partidario de tener una nave limpia y ordenada. Nada de chaquetas dejadas en el respaldo de la silla”.


Otra de sus frases que nos llama la atención: “Todos tienen que estar más o menos de acuerdo, no me gustan los conflictos creativos”. Pero como bien dice el articulo “resulta algo inquietante, pero sin embargo, tiene sentido, porque el éxito de una publicación suele depender de que los lectores acepten una visión determinada y singular”.

Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden a Le Opera Restaurnat en Paris diseñado por Odile Decq Benoit Cornette Architects

2 comentarios:

  1. El gusto se tieno o no se tiene...

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  2. Gvall,

    Si, lo malo es que hay quien esta muy seguro de tenerlo y no es asi.
    Es un tema muy relativo, depende de epocas, culturas, paises, etc.

    Un saludo,

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