El objetivo fundamental de este blog es reivindicar la importancia del interiorismo dentro del retail. Como complemento a una idea coherente de negocio puede mejorar la apariencia del producto y diferenciarlo, consiguiendo un aumento de las ventas
, con su ayuda en algunos casos el empresario puede permitirse aplicar mayores márgenes por un mismo producto con la complacencia del cliente.
Esto mas o menos es lo que encontramos la pasada semana al visitar una de las ultimas iniciativas que se han llevado a cabo en Madrid, Federica & Co. Lo cierto es que lleva abierta desde el pasado mes de abril pero aunque intentamos estar al tanto de todas las aperturas que se realizan a veces se nos pasa alguna, o bien, como en otros casos, surgen otros temas que consideramos de mayor interés y posponemos la entrada hasta un momento mas adecuado.
Este nuevo espacio situado la calle Hermosilla nº 26, en pleno barrio de Salamanca, no tiene nada que ver con un local al uso. Se ubica al fondo de un patio con jardín incluido, perteneciente a un edificio de viviendas y con entrada desde la calle donde podemos encontrar muebles, ropa, perfumes o pasteles. En ese mismo entorno encontramos también otros pequeñas espacios (tiendas de moda y ropa infantil) y al conjunto ya se le empieza a conocer como El Jardín de Hermosilla.
Según hemos sabido detrás de este proyecto esta Federica Barbaranelli (antaño artífice de difundir en España la esencia de la moda parisina introduciendo firmas ahora veneradas como Zadig & Voltaire, American Vintage o Stella Forest), que cuando se topó con este patio ajardinado imaginó un pequeño laboratorio de tendencias y se puso en marcha buscando la colaboración de otras emprendedoras como ella.
Tras atravesar las zonas comunes de la finca, nos encontramos con un amplio patio ajardinado y en su perímetro las tiendas, en lo que antes debían de ser trasteros o cocheras. La primera según se entra a mano derecha, Mimoki, una tienda que antes podíamos encontrarla en la calle Ayala, con ropa complementos y tocados. Alguno de sus escaparates da ya al amplio patio lleno de vegetación y la pequeña huerta orgánica de Federica que luego servirá para dar vida a sus talleres de cocina “Federica’s Kitchen. Al fondo, en la planta baja de una coqueta construcción de 2 plantas se encuentra la tienda Federica & Co, un seductor espacio donde podemos encontrar muebles y antigüedades francesas y belgas de Urban Antique, cosas para la casa, objetos de decoración, cuadros, los arreglos florales de The Workshop que invaden todo el entorno y que enseñan a realizar en sus cursos florales. También se pueden degustar las delicatessen de Mama Framboise (brioches, cruasanes franceses, tartaletas de manzana o plátano con chocolate) y deleitarse con los aromas a medida de Ana Corsini.
La planta superior de esta atípica tienda se dedica a la moda. Allí se han instalado marcas como Sister & Jane, una joven reseña fashion que viene de causar furor en Londres (no en vano las tiendas TopShop de Londres en breve comenzarán a vender sus diseños), los diseños exclusivos para los más pequeños de Ma Petite Juliet, de aire romántico y vintage, (exclusivos porque además de a medida, las prendas creadas se realizan con tejidos que van comprando en sus múltiples viajes, por lo que no da para más de 3 o 4 modelos).
Es uno de esos espacios recónditos que a priori pasaría desapercibido dentro del panorama comercial y solo se conoce de su existencia a través de blogs o alguna revista sobre estilo de vida (así es como supimos de su existencia nosotros), pues cuando pasas por la calle la entrada no dice nada y solo fijándose llaman la atención a lo lejos los muebles llenos de plantas y se adivina una portada al fondo de un patio de comunidad de vecinos .
Lo sorprendente es lo que venden en el Workshop de Federica & Co. Un poco de todo y un mucho de nada. A primera vista parece una floristería llena de plantas y arreglos florales muy bien dispuestos en muebles de esos que están tan de moda y parecen (otros lo son realmente), viejos, colocados al exterior para que sufran las inclemencias del tiempo y se estropeen y oxiden mas, por lo que por otro lado seria una especie de anticuario. Por otro lado venden algunos artículos textiles y algo de calzado, mezclado con objetos de cocina que parecen viejos, pero no lo son, y perfumes a medida. Una amplia mezcla de cosas, pero eso si, todo al doble del precio del que se puede encontrar en otros sitios, solo que aquí colocado y escenificado con un gusto exquisito.
El resultado, mucha gente comprando sin importarles el sobrecosto, porque la sensación es de exclusividad, de que se vende algo que no se encuentra en otros sitios y además en un entorno de lo mas agradable.
Un buen ejemplo de la importancia de factores como la colocación del producto y el ambiente en que se muestra para las ventas, además tendríamos también el de la ubicación, en este caso en pleno barrio de Salamanca, donde, en principio, se dejaría sentir menos la actual situación económica.
No sabemos si tendrá una duración en el tiempo o no, pero pasados unos meses desde su apertura lo que si parece es que goza de buena salud y cuenta con una clientela, sobre todo femenina y con recursos económicos que sabe encontrarla gracias al boca-oreja.
Según nos cuentan es un nuevo concepto de negocio que se esta desarrollando con éxito desde hace un tiempo en grandes capitales como Nueva York, París o Londres. Lo que si es cierto es que es un modelo de negocio “diferente” y esto es quizá lo que engancha a su target de clientes.
El sitio es una preciosidad. Te apece quedarte sentada en una de sus sillas oxidadas tomando un café con pastas escuchando los pajaritos del patio... ahora eso si..... caro, un rato
ResponderEliminarSuperkitina,
ResponderEliminarEl sitio tiene encanto, sin duda, pero como dices los precios son excesivos por mucho oxido que tengan las sillas.
PD: no se si lo habras notado, pero en Madrid ya no hay pajaritos, han desaparecido los gorriones de las calles.La población de gorriones está disminuyendo en los últimos tiempos en la región a un ritmo de 14.000 ejemplares menos cada año.Claro que no somos los unicos.El problema es importante en toda Europa, ya que en Londres y Praga prácticamente se han extinguido y han desaparecido muchos en Dublín, Berlín y Edimburgo.Lastima !!
Un saludo,