Massimo Dutti 25 Años




Este año Massimo Dutti, una de las marcas más emblemáticas del grupo Inditex (Zara), celebra su 25 aniversario. Hoy en día todos sabemos lo que es Massimo Dutti y el nivel al que ha llegado, pero los que tenemos una cierta edad recordamos todavía que esta marca no fue una creación del grupo, hubo un Massimo Dutti antes de Zara, y vamos a ofreceros un poco de su historia, vamos a ver como era la firma antes de su compra por Inditex.

Buscando datos para contaros su historia inicial (muy escasa en la red) nos hemos tropezado con un testimonio entrañable de un compañero de clase del fundador de MD y no hemos dudado en ofreceros un resumen del mismo, pero podéis leerlo al completo en el enlace adjunto.Después y a través de un reportaje a la firma del diario La Vanguardia podéis leer de boca de su propio fundador como era y funcionaba la empresa.



Allá cuando yo tenía cosa de 14 años, y al empezar un nuevo curso escolar, entre los repetidores de aquel año había uno bastante particular, que a juzgar por su tamaño (nos sacaba la cabeza a casi todos) debía llevar repetidos ya muchos cursos, aunque tampoco era para tanto, simplemente era un chaval muy alto.

Lo tuve todo un curso sentado detrás de mi, lo que contribuyó a que a fecha de hoy lo recuerde perfectamente. Él se sentaba junto a otro repetidor y se pasaban las clases de cotorreo, chistes, bromas y haciendo planes para ir a los coles de chicas de los alrededores a ligar (nuestro cole era de curas y no era mixto).



Armando era un tanto bromista y burlón con los compañeros, a veces un tanto pesado, aunque sin llegar a mal compañero. Pero a quienes traía por el camino de la amargura era a curas y profesores; era el arquetipo de alumno poco aplicado (por no decir directamente vago), descarado, indisciplinado y rebelde. Mientras que a los demás nos daba miedo llevarnos un bofetón de los curas (entonces aún se daban), a Armando sólo le faltaba decir “¿a que no tenéis cojones de darme una guantada?”; y lo mejor es que no recuerdo que jamás se la diesen.

Al salir de cole le perdí la pista, y si me hubieran dicho que volvería a saber de él a través de la prensa, no me habría extrañado nada; aquel chaval sólo podía acabar en “El Caso” o en las páginas de sucesos de cualquier diario.



Pero no, no era esa exactamente la forma en que Armando apareció en la prensa. Tal vez sea verdad aquello de que ningún copo de nieve cae en el lugar equivocado, y aquél domingo de principios de los 90, vino a caer en mis manos un suplemento semanal de economía, páginas “salmón” de “El Pais”; pasando las hojas, de pronto ... ¡Coño! pero si era Armando, mi otrora compañero de clase vestido de futbolista del Real Madrid, además en una foto justamente de aquella época, como puesta para que no se nos pasase a quienes compartimos clase con él.

Contaba un montón de cosas, desde sus años en aquel cole de curas, del que no le echaron porque era un fenómeno en el equipo de futbol del colegio, hasta su especial momento presente.



Lo que sigue a partir de aquí es información que cualquiera con tiempo y ganar puede encontrar buscando en hemerotecas o Internet, más la visión personal que con los años he sacado de tan ilustrativa historia.

A principios de 1974 el padre de Armando ya debía haber asumido que jamás haría carrera de su hijo con los estudios, así que debió aplicar un criterio bastante estándar para la época: o estudias o trabajas, y si no estudias, pues a trabajar, pero ya, sin paños calientes.



El padre de Armando tenía negocios propios, así que se podía haber llevado a su hijo con él, pero se ve que no quería ponérselo tan fácil, aunque por otra parte, ¿quién podía estar por la labor de fichar a un chaval sin titulación, ni experiencia ninguna; sin más credenciales que las de mal estudiante, rebelde e indómito? Supongo que para el padre de Armando “colocar” a su hijo, incluso en un Madrid, fue más un pedir favores que otra cosa; sospecho que debió tener que moverse bastante.

Un conocido del padre, fabricante de camisas barcelonés, acepto ofrecerle a Armando un trabajo de vendedor de camisas ... en Barcelona. Personalmente no me extrañaría que lo ofrecido fuese el típico marrón de curro para quitarse de encima el compromiso; el típico patear y patear calle, a ver quién te compra camisas. Pero el padre de Armando aceptó; le dejó a su hijo un coche (herramienta de trabajo que iba a necesitar), le pagó las cinco primeras noches de hotel en Barcelona, y como el propio Armando contaba años después en su entrevista en “El Pais”, prácticamente lo echó de casa.



Así, en febrero de 1974, con 19 años, Armando cayó en Barcelona y se puso a vender camisas, algo de lo que no tenía ni zorra idea, en una ciudad que no conocía, con el “aliciente añadido” de que o vendía, o acababa durmiendo en la calle, o lo que sin duda alguna todavía sería mucho peor para alguien rebelde y orgulloso como él: volver a Madrid con el rabo entre las piernas, derrotado y humillado ante la cruda realidad de haber fracasado también a la hora de buscarse la vida.

Armando, pertrechado con su buena presencia física, su arrolladora personalidad, y su cero absoluto en timidez, resultó ser un formidable vendedor, que no tardó en plantearse vender sus propias camisas, buscó sus talleres, sus proveedores, y en muy poco tiempo tenía su propio negocio.



Durante años las pasó tan putas como cabía esperar; en “El País” contaba experiencias como la de ir al banco a sacar dinero para pagar las nóminas y encontrarse con que no sólo no tenía un duro, sino que estaba en números rojos y en lugar de sacar dinero, tenía que meterlo.

Pero con tiempo, paciencia y esa personalidad de luchador que conocimos bien quienes compartimos aula con él, creó sus propias marcas y logró venderle al mismísimo Corte Inglés, lo que desde luego era todo un triunfo.



Once años después, en 1985, Armando había ahorrado dinero, viajado por el mundo, aprendido mucho de moda, de empresas ... había hecho una peculiar y particular carrera en la vida real. Entonces decidió apostar el dinero que había ganado a algo grande, a su propia tienda o cadena de tiendas, con una marca a lanzar a lo grande. Buscó socios para el proyecto, y buscó un nombre comercial que pegase. Ese proyecto iba a ser “lo máximo” como solían decir en su familia, y Armandutti, que era como le llamaban de pequeño en su casa, forjó con aquello un pegadizo nombre de diseñador italiano: Massimo Dutti.

En muy pocos años Massimo Dutti se convirtió en una marcha archifamosa, con decenas de tiendas en franquicia, y una facturación de 4.500 millones de pesetas cuando le hicieron la entrevista en “El Pais”.

El explosivo crecimiento de la empresa hizo necesario meter más capital, el cual llegó de la mano de Cofir, un grupo italiano que tomó una importante participación en Massimo Dutti. Empezó con un 49% pero no tardó en ponerse en más de un 70%. Y en 1991, en aquella España de los yupies y los pelotazos, Cofir decide dar el suyo, y vende su participación en Massimo Dutti a Zara-Inditex, al parecer en 4.000 millones de pesetas.



Aunque buena parte del capital había ido pasando a otras manos, hasta entonces Armando no había dejado nunca de ser “el jefe”, pero con la llegada del imperio de Amancio Ortega tal jefatura se acabó. Armando que nunca fue persona de recibir órdenes dimitió ese mismo año como presidente de Massimo Dutti, por “discrepacias con los nuevos socios mayoritarios”, aunque conservó su participación en el capital de la empresa, la cual acabó vendiendo en 1995, en una cantidad que la prensa cifró en 2.000 millones de pesetas, aunque también se decía que jamás se desembolsó tal cifra.

Por otro lado el diario "La Vanguardia" en su edición del 7/12/1986 le hacia una entrevista sobre la firma. Como vemos mucho de lo que hoy es la filosofia de la firma ya se encontraba allí.

Los jóvenes se pirran por las marcas. No compran jerseys, zapatos o tejanos, a menos que lleven adosada la etiqueta de alguna marca de moda, siempre —claro está— que les alcance el dinero para estos lujos. Cuanto más exótica y rimbombante suene la marca, más atractiva se les hace. Entre las prendas que ahora mismo “hacen furor” en Barcelona y otras capitales están las camisas que se expenden en la cadena de establecimientos Massimo Dutti. Son tiendas luminosas, lujosamente decoradas con madera de pino de Oregón, en cuyos anaqueles se apelotonan camisas de todos los colores, talles y géneros,al precio único de 3.300 pesetas. El creador de esta red es Armando Lasauca, 31 años, oriundo de Madrid. Cuando contaba 18
vino a Barcelona de representante de una firma textil. Después intentó la fabricación por cuenta propia. Pasó serios apuros: la morosidad de sus clientes, mayoristas y tenderos crecía como la espuma por la crisis general.



Hace un año se decidió a instalar sus propios puntos de venta al publico. De la fábrica directamente al consumidor, con cobro al contado y sin intermediarios, gastos de descuento bancario ni riesgo de impagados. La experiencia no puede ser más satisfactoria. En doce meses ha abierto sendas tiendas en Vía Augusta y Diagonal; otras dos en enclaves de parecida categoría en Madrid; cuatro más en varias capitales y una en Vic, en régimen de franquicia.

“Este año —explica Lasauca— esperamos llegar a unas ventas de 1.100 millones de pesetas. Al ritmo que vamos, el año que viene doblaremos la cifra.” ¿Dónde reside el secretó de tan fulgurante expansión? “En primer término, un producto de diseño y estilo moderno, que creo yo mismo. En segundo lugar, una calidad excelente, sujeta a riguroso control, y un precio ajustado. Por último, una renovación frecuente, prácticamente quincenal, de todo el catálogo de mercancía. Quien compra una camisa y vuelve al cabo de unas semanas, se encuentra con un muestrario totalmente distinto. Las tiendas de la cadena están conectadas por ordenador con la oficina central, desde donde se sigue día a día la entrada y salida de mercancías. Ello nos proporciona una enorme agilidad, una rotación elevada y la posibilidad de trabajar con stocks muy reducidos.”



El grupo de Massimo Dutti da empleo a cien personas, más otros muchos puestos de trabajo indirectos. La producción se realiza en una planta industrial de Barcelona, capaz para 500 prendas diarias; el resto se encarga a talleres privados “a manos”. La factoría se, trasladará en breve a unos locales más amplios de los alrededores de la capital.

Cuando vendió su porcentaje en Massimo Dutti, la compañía facturaba 7.000 millones de pesetas con una plantilla de 400 trabajadores, aunque indirectamente empleaba a otros 600 más. Existían 80 tiendas repartidas por toda España, otra en la avenida de la Libertad en Lisboa y seis en Estados Unidos gracias al acuerdo con los grandes almacenes Bloomingdale's.

Pero ese no fue el final como empresario del señor Lasauca y en una próxima entrada os hablaremos de su siguiente reto empresarial, la cadena Polo Sur ¿Os acordáis también de ella?

Las imágenes que acompañan esta entrada pertenecen a una de las ultimas aperturas de Massimo Dutti, su tienda en Bruselas, en las que se aprecia la nueva imagen que esta implantando la firma.

9 comentarios:

  1. Muy interesante. Yo siempre he sido cliento de MD, lo sigo siendo, la ropa es bonita y de buena calidad (los jerseys son fabulosos!). Recuerdo que al principio, hace 25 años (qué horror, cómo pasa el tiempo), me llamó la atención el diseño de las tiendas, muy limpio, bien ejecutado, todo en madera, todo muy ordenado, distinto a lo que había entonces. Yo sigo yendo a la del paseo de la Habana, al lado de casa de mi madre.

    Polo Sur me gustaba un montón, fue una pena que desapareciese... ya me leeré la historia cuando la contéis.

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  2. Squirrel, nosotros también somos de MD a veces, suponemos que es cuestión generacional. La relación calidad/precio es bastante buena en general (aunque también hay excepciones, nada que ver el cuero de antes con el de ahora), más ahora que han moderado un poco los precios, antes de la crisis se estaban subiendo un poquito a la parra.
    La verdad es que su creador tuvo buen ojo, sus tiendas fueron un poco precursoras de lo que vendría después en todo el comercio, nosotros seguimos yendo a la de Alberto Aguilera, junto a ECI, todavía recordamos como era la original, nada que ver con la actual, la planta de calle prácticamente no existía, entrabas casi a la escalera de bajada, solo estaba la caja y la zona de exposición de la trasera del escaparate.

    Lo de Polo Sur fue una lastima, cierto, nosotros también lo echamos de menos, tenemos escrita la entrada todo es encontrar las fotos que tenemos en algún sitio recóndito y que no encontramos.

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    1. Así era cuando se amplió, al principio apenas había espacio, porque solo era la planta de calle

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  3. Yo trabaje en MD de Paseo de la Habana 40 durante 1990 hasta 1995. Conocia perfectamente a Armando, pero el que más se dejaba ver era su padre, que estaba alli dia si dia no. Venia en su Jaguar verde y muchas veces acompañado de uno de sus hijo que estaba enfermo de sida. Bella persona el padre.

    Cuando vendio habrio a 100 metros de MD un Polo Sur, que no esta mal, pero la ropa no tenia la misma calidad.

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  4. Anonimo, gracias por tu aportacion. La verdad es que la de "Armandutti" es toda una historia.
    Totalmente de acuerdo, despues vino Polo Sur, que no fue igual, al principio si, pero luego la calidad fue bajando hasta que desapareció. Lástima, vendria bien tener ahora alguna alternativa a todo el grupo Inditex. En que andara ahora Armando?

    Un saludo,

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  5. hola, oye y esta historia es la real? porque yo también trabajo en MD Mexico, pero nos han contado una historia diferente, aunque la tuya se me hace mejor, saludos desde mexico!

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  6. Anonimo,

    Como es logico, nosotros no te podemos asegurar que la historia sea 100% real tal y como el autor la relata, pero lo que si te podemos confirmar, y como nosotros todos, al menos los de Madrid, los que ya tienen una edad, es que Massimo Dutti no fue una creacion de Zara (Inditex). La empresa ya existia y vendia sobre todo un amplisimo muestrario de camisas, al principio, que luego fue completando con mas articulos.De hecho una de sus primeras tiendas se ubica frente a la puerta de El Corte Ingles de la Calle Princesa, muy cerca de donde nos encontramos nosotros y alli compramos muchos de los que entonces eramos chicos jovenes (hoy ya no tanto). Todavia hoy sigue siendo un Massimo Dutti, pero de Inditex, claro!

    Un saludo,

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  7. Tenho que comentar una cosa curiosa tengo incontinencia urinaria cambio tres veces por día de calzoncillos boxer de md puro algodón son los únicos que aguantan en especial el elástico de los mismos recomiendo ya compré más de cien impecables MD felicidades

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  8. La historia que cuentan es real al 100%, un emprendedor de su época el Sr. Lasauca

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