Que no somos iguales hombres y mujeres ante las compras es una realidad que hay que tener muy en cuenta a la hora de montar un negocio. Hoy vamos a resumiros un interesante estudio que se hizo al respecto y que sigue siendo vigente pese a haber pasado ya un par de años desde su realización, aunque también es verdad que como dice Bob Dylan en su canción, los tiempos están cambiando y los hombres cada vez se preocupan más por las compras y emplean cada vez más tiempo en ello.
Según este estudio En lo que se refiere a las compras, las mujeres son de Venus y los hombres de Marte. Las mujeres son felices rebuscando entre las colecciones de accesorios y ropa o dándose una vuelta por la sección de calzado. Les gusta subirse en ascensores de cristal mientras escuchan música clásica o rociarse con la muestra de un perfume antes de, por ejemplo, comprar otra cosa. Sin embargo, los hombres consideran que comprar es más bien una misión. Salen con el objeto de comprar determinado bien y tan pronto como lo hacen quieren abandonar rápidamente la tienda.
Sin embargo, las reacciones de los hombres están más relacionadas con aspectos utilitarios relacionados con la compra, como tener espacio para aparcar, que el producto esté disponible en stock o que no haya largas colas para pagar.
“Las mujeres suelen estar más involucradas en toda la experiencia de ir de compras”, “Los hombres quieren entrar en la tienda, comprar el bien que andan buscando y salir rápidamente”.
El estudio sostiene que el papel de las mujeres como “cuidadoras” persiste a pesar de que sus responsabilidades han aumentado. En su opinión, estas responsabilidades contribuyen a que las mujeres sean más conscientes a la hora de comprar y también tengan mayores expectativas. Por otro lado, tras haber confiado durante varias generaciones dicha tarea a las mujeres, el interés de los hombres en el hecho de ir de compras se ha ido atrofiando.
Sentirse importante versus irse rápidamente
Los clientes de género masculino y femenino también muestran diferentes reacciones ante los dependientes. Para los hombres, que el dependiente muestre interés en ayudarle a encontrar determinado bien es más importante que para las mujeres, seguido por los esfuerzos del dependiente para poder cobrarle rápidamente. Para las mujeres, la lealtad al establecimiento está relacionada con la familiaridad mostrada por los dependientes con los productos de la tienda y su capacidad para determinar qué productos se ajustan más a los gustos y necesidades del cliente. Según el estudio, las mujeres también valoran a los dependientes que les hacen sentirse importantes.
En una entrevista con los investigadores, una mujer cuya edad estaba comprendida entre los 18 y los 35 describía a los empleados de su tienda preferida: “Los dependientes son siempre estupendos. Siempre me enseñan diferentes estilos. También me muestran cosas nuevas que acaban de entrar”. Mientras, un hombre perteneciente a ese mismo segmento de edad declaraba: “No me relaciono mucho con la mayoría de los dependientes. Realmente no los necesito… excepto para que me cobren en caja”.
Cuando se les preguntó qué problema causaría que nunca volviesen a determinado establecimiento, las mujeres señalaron que “empleados que actuasen como si estuvieses interrumpiendo sus conversaciones personales o haciéndoles perder su tiempo”. Los hombres concedían mayor importancia a que los empleados fuesen “perezosos, es decir, que no comprobasen que determinado bien estuviese disponible en stock o que no te acompañasen hasta el lugar en que estaba el producto que estabas buscando”.
Los comercios minoristas pueden utilizar los resultados de este estudio para ofrecer servicios personalizados a sus clientes y así incrementar sus ventas, “En un mercado altamente competitivo, donde la gente es sensible a los precios y existen cientos de opciones, si puedes sacarte de la manga una nueva estrategia que te conceda cierta ventaja, ¿por qué no vas a hacerlo?”, pregunta. “Si tratamos a los hombres y las mujeres de un modo diferente, entonces tendremos más éxito”.
Aquellos minoristas que quieran resultar atractivos para las mujeres deberían también prestar atención a la variedad de productos que ofrecen, Podría ser muy tentador ofrecer un amplio abanico de productos, sin embargo las investigaciones muestran que las mujeres que deben encontrar cierto equilibrio entre sus múltiples responsabilidades prefieren aquellos establecimientos con una selección limitada. Por último, contratar a mujeres en todas las secciones proporcionará al establecimiento un contacto más directo con las necesidades de las potenciales clientes.
“Debemos remontarnos muy atrás en el tiempo. Las mujeres son recolectoras y los hombres cazadores. Las mujeres entran en una tienda y empiezan a observarlo todo. Los hombres simplemente buscan determinada sección”. Investigaciones científicas muestran que las mujeres tienen mejor visión periférica que los hombres, lo cual les beneficiaría como recolectoras.
El estudio “Men Buy, Women Shop” está basado en una muestra aleatoria nacional de 1.250 consumidores a los que, a través de entrevistas telefónicas realizadas entre el 20 de octubre y el 4 de noviembre de 2007, se les preguntó sobre sus últimas experiencias al ir de compras. En la muestra dominaban los consumidores de género femenino en una proporción de dos a uno.
Las imagenes que ilustran esta entrada pertenecen al stand de Dunhill en la ultima NY Fashion Week
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Si sigo las pautas del estudio, yo antes era mas "mujer" y ahora soy mas "hombre". Cada vez voy mas a tiro hecho y cotilleo menos rebuscando. Eso si, siempre me ha espantado que me rocien con colonia, quiza porque siempre llevo la mia propia y lo que me faltaba es mezclar olores...
ResponderEliminarExtranho e interesante el stand de Dunhill.
Ardilla, a nosotros nos pasa lo mismo, quiza son cosas de la edad, o del aburrimiento, en el caso de la ropa de hombre, por ejemplo, siempre es lo mismo y cunado ves algo diferente se va a los extremos.
ResponderEliminarEn lo de la colonia coincidimos plenamente contigo, no hay nada que me de mas rabia que cuando ni siquiera te preguntan y te rocian de sopetón, acabas oliendo a "pachuli".
El stand nos gustaria verlo in situ, resulta, nos resulta "inquietante" pero muy interesante a la vez por lo escenografico y original.