Uno de 50


Hoy vamos a dedicar nuestra entrada a esta atrevida marca de bisutería y complementos para todos los públicos que nos resulta cada día mas familiar debido al éxito que esta cosechando y la ininterrumpida apertura de locales que esta llevando a cabo por toda España. Con una imagen de tienda diferente y característica que no deja indiferente a nadie, el rojo pasión se abre paso en las mejores calles de nuestras ciudades.

Nada más entrar el rojo te inunda, una vez asimilado este torrente de color puedes descubrir varias vitrinas que custodian en su interior un gran número de creaciones y unos paneles horadados que ponen numerosas pulseras al alcance de la mano para que puedas tocarlas y probártelas. Cuando las tiendas lo permiten también se permiten hacer algunos guiños o decorados tales como un saco de boxeador, cadenas con cristales brillantes, etc.

Hace un par de fines de semana se publicó un articulo en el suplemento de El País que con el titular “De Cero a Infinito” nos contaba la historia de la marca, sus inicios, evolución y futuro de la empresa. Os entresacamos los párrafos que nos han parecido más interesantes.

La empresa española de bisutería que, en solo 10 años, ha pasado de estar presente en un puñado de boutiques madrileñas a contar con 30 tiendas propias y venderse en mas de 30 países. Detrás de este fenómeno que ya ha llegado al top manta (un delito, el de la falsificación del que solo son merecedores los grandes, las marcas mas deseadas) se esconde Concha del Río.

Cuando tenia 14 años personalizaba todos sus cinturones y pañuelos con tiradores de puertas y otros trastos que descubría en el Rastro. Su gusto por lo industrial y lo mecánico viene de estos años, también nace de esta época su inquietud por buscar otro uso, otro significado, a los objetos cotidianos. Ella misma dice que desde niña sabia que triunfaría. Empezó a estudiar moda en la Institución Artística de Enseñanza (IADE), y antes de terminar ya estaba colocada.

A través de la empresa de marroquinería para la que trabajaba fabrico para El Corte Ingles, Zara, Mango...También puso en marcha su propia firma de cinturones, Acheron. Pero llego un momento en que se pregunto que hacia trabajando para tanta gente, bajo el nombre de otros y teniendo que seguir siempre las tendencias. Ella quería hacer “algo excepcional”.Así que decidió fabricar 50 piezas de cualquier cosa que no fuera “ni cinturones, ni bisutería, ni chalecos, ni nada de lo que estuviese haciendo en ese momento”. Empezó con pequeños objetos de regalo, como puntos de libro, e involucró en su producción a las fabricas para las que había trabajado.

El nombre de la marca, que surge de la filosofía inicial de elaborar 50 piezas numeradas de cada modelo y su imagen funcionaron desde el principio. El proyecto, sin embargo, fracasó. Se dio cuenta de que no era muy rentable y empezó a hacer cosas mas pequeñas, que no costasen tanto y de las que se pudieran hacer mas de 50 unidades. También empezó a incluir bisutería. Anillos, pendientes y pulseras que fueron ganando terreno a lo demás. El negocio estaba en marcha y ya no pararía de crecer.

En 1999, del Río decidió vender Uno de 50 al empresario relojero José Azulay y quedarse como diseñadora. Pasó por decisión propia de dueña a asalariada, como ella misma dice ”Soy una buena creativa , pero una pésima empresaria”.Azulay es quien esta detrás del boom que ha protagonizado la marca en los 4 años, según del Río. Un crecimiento que reflejan sus últimos datos financieros: en 2008 el volumen de ventas aumentó casi un 20% respecto a 2007.Sus diseños gustan tanto a jóvenes como a mayores, la clave para Azulay, está en que son “diseños únicos en el mundo y 100% españoles”.

Esta claro que el negocio va muy bien, quizá hasta demasiado. Porque en el mundo de la moda también se puede morir de éxito. Tal vez por eso Azulay considera que, de momento no deben abrirse mas tiendas en España. La razón: salvaguardar “la exclusividad que tratamos de darle al producto”.“Estamos cambiando nuestra política de ventas y reduciendo las colecciones Tenemos claro que no podemos hacer tanto y que se popularice tanto”, apunta la diseñadora. Parece que el futuro pasa, en parte, por mirar atrás. La diseñadora reconoce que le gustaría hacer más ediciones limitadas, como al principio.


Reinventarse, pero sin quedarse quietos. Uno de sus principales proyectos a corto plazo es hacer de Uno de 50 una marca de reconocido prestigio internacional, para ello ya están buscando locales en varias capitales europeas y planean abrir boutique en Paris o Milán. También proyectan diversificar su oferta: marroquinería, lámparas y tal vez una nueva colección de relojes. Porque la diseñadora necesita siempre un nuevo reto.


Estracto del Articulo de EPS del 5 de Abril de 2009

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