Espacio La Favlt

La verdad es que, pese a la que está cayendo, o precisamente por eso, no dejan de surgir iniciativas relacionadas de una manera u otra con el mundo de la decoración que la hacen cada vez más presente en nuestro día a día.



Algunas nacieron más esponsorizadas y han conseguido arraigar y hacerse un hueco fijo entre los eventos de nuestra ciudad siendo esperadas cada año por un número mayor de visitantes como Casa Decor o Decor Accion. Otras han surgido de iniciativas individuales o colectivas con un fin más comercial como las recientes Madrid in Love o The Apartment, a las que ya dedicamos otras entradas. Hoy os traemos la última de la que hemos tenido noticia y visitamos (con un poco de retraso para que vayais a verla) la pasada semana: El Espacio La Favlt.

La Favlt nace como empresa dedicada al diseño de muebles y objetos de los siglos XVIII y XIX que con el tiempo ha evolucionado hacia colecciones más actuales pero sin perder la esencia inicial.
En 1999 Javier Verdú y Luis Cañedo, vinculados al mundo del arte en diversas facetas, fundaron junto con una serie de socios y amigos el Anticuario La Favorita de Ultramar que más adelante, y con la pretensión de ampliar su público objetivo, se convertiría en Muebles de Ultramar cuya marca es La Favlt.

La mayoría de sus creaciones están pintadas con técnicas muy especiales, y tienen acabados muy distintos, en algunos casos sorprendentes. Poseen taller propio, y fabrican objetos y muebles diseñados tanto por ellos mismos como por el propio cliente con las medidas y colores que este solicite.



Ahora han dado un nuevo paso adelante y han llevado a cabo en su antiguo lugar de trabajo un proyecto diferente: con la colaboración de varios varias firmas y artistas entre los que se encuentran decoradores, arquitectos y paisajistas, le han dado un vuelco al local creando dentro de él un total de nueve espacios diferenciados pero interrelacionados entre como si como diferentes estancias de una casa se tratara:



Una original recepción en la que los muebles del techo, un mágico bosque interior, una zona de bar, chill out y restaurante donde disfrutar de una bebida o un picoteo, una singular rampa que recrea la casa de un pájaro a través de una pérgola de madera, un salón y zona de trabajo inspirados en un arqueólogo viajero, un estudio botánico que esconde una segunda estancia, un bar y salón simétrico, un comedor decorado con delicados tulipanes de escayola, una librería donde disfrutar de la lectura y para terminar un pasillo repleto de espejos de mimbre que da acceso a una original cocina de madera con vistas a la casa del pájaro anterior y que cierra la visita con salida de nuevo al bar y restaurante. Cada artista ha personalizado uno de ellos, y la mayoría del mobiliario y objetos utilizados en los mismos ha sido fabricado por encargo suyo a La Fault.

“Una gran parte de los clientes son profesionales de la decoración y del interiorismo y este proyecto es claramente un homenaje a ellos. Desgraciadamente no hemos podido contar con todos pues nuestro espacio es limitado, pero esperamos que en sucesivas ediciones, podamos contar con ellos. En estos momentos difíciles hay que unir esfuerzos para generar trabajo e ilusión.

Estos son los dos puntos de partida para la realización de este proyecto. El objetivo de esta iniciativa es que sea una experiencia viva durante los tres meses de exposición, realizando actividades paralelas para llamar la atención de potenciales clientes.”

La exposición se ha podido visitar desde el pasado 7 de Noviembre de 2012 hasta hoy 30 de Enero de 2013 en la C/ Londres 58 de Madrid.



Es una lástima que no haya encontrado más eco en los medios, quizá por lo apartado de su ubicación, fuera de otros circuitos más habituales, pero esperamos que haya tenido el suficiente éxito como para que se celebren futuras ediciones y poco a poco se convierta en una nueva cita obligada más del calendario del diseño y el interiorismo de nuestra ciudad.



Es de agradecer el esfuerzo que en estos duros tiempos hacen/hacemos muchos profesionales del sector por estar ahí, por no tirar la toalla, y con mucho esfuerzo en la mayoría de los casos, tratar de mostrar al público (lógicamente también al potencial cliente) nuestra creatividad y aquello que somos capaces de hacer.