Hoy nos hacemos eco de otro nuevo establecimiento de hostelería en nuestro blog. Pero no se trata de un establecimiento al uso, siguiendo la tendencia en alza nos encontramos con uno que reúne varios espacios diferentes, y en el que se han cuidado al máximo todo el concepto, desde los interiores hasta sus propuestas, pasando por su simbólico nombre: Ocaña.
Y es que el local se llama Ocaña en homenaje al artista sevillano José Pérez Ocaña que en la década de los 70 se erigió en icono de la Barcelona más canalla y transgresora. Defensor de la libertad en todos sus sentidos, fue el protagonista de numerosos movimientos contraculturales de la transición en Barcelona. El artista, que empezó como pintor de brocha gorda y acabó pintando con finos pinceles sobre lienzo, vivió en la Plaza Real y su balcón al lado de donde esta situado el establecimiento era famoso por su altar dedicado a la Virgen de la Asunción y por estar siempre repleto de flores.
Por todo el simbolismo que representa Ocaña da nombre a este inmenso y moderno espacio de ocio de 1200 metros cuadrados que se ubica en los números 13 y 15 de la plaza Real de Barcelona, y con el que se quiere recuperar el esplendor que tuvo el lugar y devolver el ambiente de diversión a esta parte de la ciudad, esta antigua imprenta situada en un edificio del siglo XVII se convirtió en Ocaña. Un concurrido espacio con cuatro propuestas diferenciadas; Café, Bar, Restaurant y Costeleria; permiten que este local tenga las puertas abiertas desde las 12 am hasta 3am.
En su interior se nota el empeño de los propietarios, la familia Laguna, en cuidar todos los detalles para conseguir el local de sus sueños. Ocaña es un proyecto personal de Joaquima Laguna, empresaria farmacéutica y copropietaria de El Plata, famoso cabaret de Zaragoza que cuenta con la dirección artística de Bigas Luna. La remodelación arquitectónica del espacio ha durado ocho y la participación de Joaquima en el proceso ha sido clave ha sido clave a la hora de encontrar muebles antiguos y especiales que dieran una personalidad única al espacio.
Coleccionista de antigüedades, Joaquima ha decorado el local con banquillos de Bavaria dispuestos alrededor de los balcones del restaurante. La iluminación es obra de Odile Soudant, del parisino Lumières Studio, mientras en la cafetería destacan las grandes lámparas de araña diseñadas por Dominique y Didier Pic, de Les Pic Original.
En el local se han recuperado la atmósfera de las grandes casonas de mitad del siglo XIX y elementos originales como las columnas de hierro doradas o el suelo de roble del café suelos de roble europeo de varios siglos de antigüedad cuyo complejo proceso de restauración tablón a tablón, en el que cada uno fue numerado, se prolongó a lo largo de más de un año.
Uno de los rincones más atractivos del nuevo espacio es el cocktail-bar La Apotheke, decorado con paneles de madera esculpidos que evocan los interiores de los palacios árabes, que se rescataron de una antigua farmacia de Vitoria, un guiño al estilo oriental que estaba de moda a principios del siglo XX.
El chef Jordi Angli y Tara Stevens, una escritora especializada en blogs de gastronomía, encabezan el equipo de restauración de Ocaña. La cocina ofrece productos locales y combina la cocina moderna catalana con los clásicos bistrós parisinos. La bodega quiere dar a conocer a los pequeños productores de vino de España y del norte de Europa.
El club, al igual que el restaurante y la coctelería siguen las directrices marcadas por Mario Greenfield, empresario clave en el renacer de la noche berlinesa, donde es propietario de locales de éxito como Amano Bar, Mani Restaurant, Tausend y el Club KTV en el barrio de Mitte.
La programación de actos es una baza de este proyecto que albergará música en vivo, actos culturales, cabaret, circo y magia. Según su propietaria, "debe ser un auténtico espectáculo en el que la improvisación y la sorpresa sean los protagonistas".
Otro espacio imprescindible para una ciudad tan plagada de ellos como es Barcelona.
Nice Interior Design.
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