“Como un cerdo en busca de una trufa”, así definía su trabajo hace unas semanas en el diario El País al diseñador que hoy traemos hasta este blog. Conocido por fusionar arquitectura, diseño y escultura, Thomas Heatherwick, que no se define así mismo ni como arquitecto ni como diseñador, es una de las figuras más interesantes del panorama del diseño actual.
Estudió diseño tridimensional en el Manchester Polytechnic y en el Royal College of Art, ganando varios premios. Poco después de graduarse en el Royal College of Art después de un curso de dos años fue el encargado de diseñar una estructura temporal para fachada de la tienda de Harvey Nichols en Knightsbridge. En 1994 funda Heatherwick Studio, famoso por combinar arquitectura, diseño, ingeniería y escultura en una sola práctica.
Algunas de sus obras más famosas aunque muchos ignoran su autoría son La Catedral de Semillas en Shanghai 2010 para la Expo Mundial, a la que dedicamos una entrada hace un par de años. Sin duda uno de los pabellones más impresionantes e inovadores de esa Expo Mundial. Se ha atrevido a remodelar un icono como son los autobuses rojos de dos plantas de Londres. Y últimamente ha recibido toda la atención mundial por su diseño del Pebetero Olímpico de Londres 2012, compuesto por 204 pétalos de cobre, cada uno representando una de las naciones competidoras que convergen en un caldero gigante, flame.
El primero le sirve para ilustrar la particularidad de su trabajo:. “Nos exigían estar en el top 5 de los mejores edificios con un presupuesto menor a la media. Lo conseguimos con una catedral hecha con pelos metálicos y semillas que demostró nuestro respeto por un público que es capaz de responder cuando las cosas se hacen con el corazón y no imponiendo el cliché”.
Quizá esa forma de hacer las cosas con el corazón este también detrás del diseño del original y bello pebetero de los pasados Juegos Olímpicos de Londres. Como cuenta tambien en el diario El País: “Cuando nos encargaron el pebetero de los Juegos Olímpicos lo primero que hicimos fue preguntar a la gente cuál de los 85 que se han hecho recordaban”. La conclusión fue un arquero y no un objeto. El deportista español que inauguró las Olimpiadas del 92 se convirtió en el concepto tras las 204 piezas móviles que cortaron la respiración de millones de personas durante unos segundos el pasado agosto. “Todo gira en torno a la intriga por desvelar un misterio, no nos interesaban las formas redondeadas o cuadradas, sino conseguir crear un momento para recordar”.
“El mismo esfuerzo que dedicamos a idear el pebetero, lo invertimos en determinar su final, no queríamos que nuestro trabajo se convirtiera en una fuente en mitad de un estadio abandonado por el paso del tiempo y el olvido”. Por eso cada una de las piezas de cobre desgastadas por el fuego descansan ya en su país de origen. Fue una genial idea para dar a cada uno de los equipos de los 204 países participantes un pétalo de cobre de los que formaron la pieza y que al final de los Juegos se quitaron como un recuerdo para ellos. Simple, significativo, práctico, ingenioso y hermoso.
Y como sus trabajos abarcan disciplinas tan variadas también ha producido una silla que gira como un trompo, un puente que se enrolla o un bolso que se expande con un cierre.
La obra de Thomas Heatherwick revela una fascinación por la textura, por descubrir posibilidades extremas de los materiales y por explorar en qué medida los límites pueden ser traspasados. Esa misma fascinación la siente también por una amplia variedad de procesos industriales y técnicas de fabricación. Muy pocos proyectos podrían haberse realizado sin la cercana colaboración de clientes, fabricantes, ingenieros, y otros consultores.
Un ejemplo lo tenemos en el proceso de producción y comercialización detrás de su Spun Magic Chair (mágica silla giratoria), una silla cómoda y funcional que permite balancearse de un lado a otro, o incluso girar en un círculo completo. Esta se ha desarrollado a partir del tradicional método giratorio del metal, típicamente usado para hacer los timbales de percusión.
"En la raíz de lo que hacemos está la racionalidad", dijo también en una entrevista publicada recientemente por The Telegraph . "Encontrar una solución de diseño es como resolver un crimen. Somos un poco como un equipo de investigación. Se analizan. Se exploran las líneas de investigación. A continuación, se eliminan las cosas innecesarias hasta que nos quedamos con la solución. Sólo muy de vez en cuando de inmediato decimos: '¡Ajá, esto es!' ".
Como dice el propio Heatherwick, el trabajo de diseñador es ayudar a crear un nuevo punto de vista a problemas dados, esto es el diseño. Como un pastor, motiva a su equipo para que la respuesta al interrogante de un cliente se responda con otra cuestión. “siempre hay que reformular la pregunta“apunta como filosofía de trabajo.
Thomas Heatherwick- Architect & Designer from Lily Ampofo-Spence on Vimeo.
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Algunos han tenido una vez una idea genial que explotan eternamente (su estilo). Muy de tarde en tarde aparece alguien que realmente tiene algo nuevo que decir. O mucho que decir como Heatherwick.
ResponderEliminarUn saludo que valga por todos los que no os dejo cuando os visito.
Uno,
ResponderEliminarQuiza no hay que confundir estilo, creemos que algunos efectivamente lo tienen, ese "algo" que impregna toda su obra, con aquellos que se copian constantemente a si mismos, que hacen la misma obra una y otra vez.
Y si, Heateherwick resulta tremendamente interesante.
Otro saludo para ti.
Muy, muy interesante. Me encanta su diseño para el autobús de dos plantas. me recuerda en parte a la primera obra de Nigel Coates, en los 80, que luego se perdió un poco el pobre. Y al mejor Stark. En mejor. Es muy bueno, y acaba de empezar...
ResponderEliminarEl kiosco es lo más.
Asquirrel,
ResponderEliminarLa verdad es ques si, es muy bueno. Tambien a nosotros nos parece que puede ser mejor que Stark. El pebetero de las Olimpiadas era una pieza muy interesante.
Habra que seguirle la pista, aunque no costara mucho, seguro que vamos a oir hablar bastante de el.
Un saludo,