Segunda Mano




En esta época de crisis las tiendas de ropa de segunda mano se han convertido en una opción mas a tener en cuenta y ya no son solo cosa de bohemios, modernos o curiosos.

Según datos de la asociación de comerciantes del sector textil su cuota de mercado es del 1%, pero han resurgido de la mano de la moda del vintage y las tendencias, convirtiéndose en alternativa a las tiendas de moda convencionales y parece que no les va nada mal.



Según algunos de sus propietarios, no es que estén vendiendo más, pero no están dejando de vender como les ocurre a otras tiendas. Aunque no tengan el volumen de clientes de algunas conocidas franquicias y grandes cadenas el movimiento de entrada y salida de clientes de sus locales es constante y nunca están desiertas como les ocurre a otras muchas.



Aun así, la competencia es dura, la crisis esta haciendo que no sea difícil encontrar precios bajos. Las tiendas de ropa han intentado hacer frente al hundimiento del consumo mediante una guerra de promociones y esto ha convertido al sector textil en un mercado deflacionista desde hace dos años. A esto hay que añadir la aparición nuevos mercados importadores con costes bajísimos, como China, y la fuerte competencia que ha surgido también con los outlets o los factory, establecimientos multimarca con prendas más baratas de temporadas anteriores o con defectos de los que ya hablamos en su día.



Lo que sí se esta notando según estos comerciantes es un aumento de gente que va a sus tiendas con intención de vender, aunque la mayoría de ellas no compran a particulares. Ahorradores y afectados por la crisis acuden a estos comercios para intentar deshacerse de prendas que no usan y para ganar, de paso, unos euros extra. El perfil varía desde quien ha recibido la herencia de la abuela hasta quien desea recuperar lo que se gastó en el visón en tiempos mejores o los que simplemente desean hacer hueco en el armario.



Según parece el efecto beneficioso de la crisis se nota en que el público objetivo se ha diversificado y ahora a estas tiendas de segunda mano acude gente de todo tipo, desde la gente bien, hasta la necesitada. Y es que, hasta ahora, la ropa de segunda mano se asociaba a la caridad o a determinadas tribus urbanas. En España no había cultura de segunda mano, al contrario de otros países como Alemania, por ejemplo, donde la oferta es muy potente.



Esa apertura del espectro de clientes sería una muestra de la revitalización del mercado, y la causa de que estos negocios se mantengan estables estaría en el cambio de mentalidad de los consumidores, que han dejado de ver la ropa usada como un subproducto para convertirla en competidora de la oferta convencional, con valor propio.



Los mismos comerciantes han sido los encargados de darle ese aspecto diferencial, si son prendas usadas, pero tienen un cierto glamour y a precios asequibles. Y algunas de ellas mas que eso, ya que venden prendas muy seleccionadas, muy cuidadas, de marca y de lujo con unos precios que no tienen nada que ver con prendas de 10 o 20 euros, venden trajes de fiesta o conjuntos de Channel del siglo pasado, a precios de la misma época. Estos artículos no son especialmente baratos, a excepción de si se comparan con los de las casas originales.



Y ahí es donde esta en muchas ocasiones el quid de la cuestión. Entre comprar una chaqueta con diseño de los años setenta reeditada por Adidas por más de 50 euros y conseguir una original por 20 euros o menos, la elección, parece clara.

Las imagenes que ilustran esta entrada son de la tienda L’eclaireur Paris en la que el artista belga Arne Quinze crea una "instalacion" artistica donde la ropa y los accesorios parecen formar parte de la misma.

2 comentarios:

  1. Mi prenda de ropa favorita es una chaqueta de tweed preciosa que me compre en uan tienda de segunda mano en Paris, cuando fui estudiante alli. Estoy hablando de 1986. Todavia me la pongo... Teneis razon, nos queda terreno que recorrer frente a otros paises. Bajo el seudonimo "vintage", la ropa de segunda mano va ganando adeptos, pero a mucha gente le sigue dando "cosa" comprar ropa que antes ha usado otra persona.

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  2. Ardilla, muchos tenemos como prendas favoritas algunas que mantenemos en el armario hace años, aunque no fueran compradas de segunda mano.

    Quiza aqui, y debido a lo mal que se paso en la posguerra muchos de nuestros mayores eran reacios a lo usado tanto para ellos como para sus hijos y preferian lo nuevo(lo alemanes tambien pasarosn una guerra durisima y en cambio no han sido asi o han superado ese prejuicio antes). Psteriormente con la "modernidad" y el "diseño" no estaba de moda lo antiguo ni lo viejo, hasta que ahora son las nuevas generaciones las que por contraposición y como siempre por llevar la contraria (es una de las obligaciones que conlleva la juventud) les ha tocado la moda del "vintage" y recuperar lo de antes...

    Tambien ha contribuido a popularizar la moda "vintage" el que muchos famosos aparezcan en prenasa, entregas de premios, etc. con modelos de antiguas colecciones de modistos famosos.

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