Desde su adolescencia, sintió verdadera pasión por el diseño, quizás por influencia de su padre, que era constructor de aviones. Sus primeros trabajos importantes datan de los años 70, cuando decoró algunas de las discotecas y clubes nocturnos más famosos de la noche parisina. Sin embargo, el reconocimiento definitivo le llegó en 1984 cuando el presidente de la República francesa, François Miterrand, le encarga renovar la decoración de sus dependencias privadas del Palacio del Elíseo para escarnio de quienes idolatraban el rigor “gaullista” y “pompidoliano”. Pero el mundo entero lo conoce por los innovadores y asombrosos proyectos de decoración que realizó para la cadena de hoteles del todopoderoso empresario Ian Schrager, cuyas ideas revolucionaron la industria del ocio y del alojamiento al introducir un nuevo concepto de hotel que conjuga la más espectacular escenografía con el diseño más cool.
Starck y su última mujer, Yazmina, a quien conoció en Louis Vuitton, donde ella trabajaba como jefa de relaciones públicas, prácticamente viven en su avión particular, pero pueden alternarlo con alguna cabaña sin agua ni luz, lo más alejada posible de la civilización. No suelen frecuentar cócteles ni ir a comidas de "celebrities". Aunque, de alguna manera, él es considerado una de ellas.
Se define, en principio, como un hombre de izquierda y nada de lo que dice es "light". Nada. Es tan contundente que, a veces, intimida. Philippe Starck es también un gran diseñador de sus palabras, de su discurso.
En una conferencia ofrecida en el Festival de Diseño Experimenta de Lisboa en 2005 dijo:”El diseño no sirve para nada. Me avergüenzo de ser diseñador. Hace tres o cuatro años, entregue mi empresa a la gente que trabaja para mi. Quiero implicarme menos. Ya no me interesan los arquitectos y los diseñadores, y ya no quiero hablar de diseño...Nunca dejo de producir, pero podría decirse que lo hago por puro ocio”.
Podría tratarse de un arrebato, pero seria mas generoso interpretarlo como un cuestionamiento autentico de un hombre acostumbrado a ser tratado como un semidios en el pequeño universo actual del diseño. Porque parece que las cosas están cambiando para Philippe Starck.
Antes para Starck el futuro pasaba por la democratización del diseño ya que según decía, el diseño era elitista, y su deber duplicarlo y dar al mayor número posible de personas una parte de la idea.
Pero ahora que estamos en mitad de una crisis económica que tiene acogotado al personal, y que no está claro que a él le afecte mucho (no para de trabajar por todo el mundo), su receta mágica para sobrevivir en estos tiempos difíciles seria "la posesión de la diferencia". “Para cualquier empresa, saber ser diferente de los demás es vital... pero en tiempos de crisis eso se convierte en un bien extraordinario. Los primeros que morirán económicamente serán aquellos que no tengan nada de particular que ofrecer y sólo basen su estrategia en la bajada de precios. En cambio, los que sepan ser diferentes -y, mucho mejor, únicos- estarán protegidos de todo contratiempo.
“Ahora mismo, nuestra orientación se dirige hacia lo que llamamos "la ecología democrática", es decir, dar a la sociedad creaciones de alta tecnología a precios asequibles, fácilmente encontrables y fácilmente utilizables, con el fin de producir energía bajo diferentes formas”. “Muchas cosas van a cambiar. Y las crisis son positivas para eso. Los retos y las dificultades conforman la verdadera belleza del hombre. Si no hay dificultades, nos ablandamos”.
Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden a la tienda de Jean Paul Gaultier en Paris diseñada por Philippe Stark. Ambos excentricos en sus areas de diseño.
Viví un año en París, a mediados de los 80, Starck acababa de abrir el Café Costes (era el principio de la expansión del post-modern) y Gaultier empezaba también su carrera. Algo que me gusta de ambos es el no haber renunciado a sus principios, haber seguido haciendo lo que han querido sin plegarse (demasiado) a las demandas del mercado.
ResponderEliminarStarck, eso sí, se ha prodigado demasiado. Pero hace no mucho fui a Teatriz y me impresionó lo bien que se ha conservado y han pasado 20 años. Por cierto, que las paredes acolchadas de la tienda de Gaultier son iguales a las de la pista de baile original de Teatriz, que ahora que lo pienso no sé si sigue existiendo.
Ardilla, Starck siempre emplea un leguaje caracteristico y similar en sus instalaciones.
ResponderEliminarEl teatriz sigue existiendo, aunque no funciona igual que en sus origenes. Es un punto de referencia para muchos madrileños y turistas, no tenemos que olvidar que la restauración de este sitio la lleva el grupo Vips y sus precios competitivos ayudan a que siempre haya gente, aunque la nueva obra de Stark en Madrid de la que hablaremos mañana, le ha quitado algunos fieles.
Stark suele gustar al publico madrileño pues combina a la perfeccion ese clasicismo que le caracteriza con una cierta espectacularidad que tanto gusta en la capital.
Ah, claro, de aquí sacó Stultifer su post de P.S... Yo decía alí que fue el decorador del TEatriz, y ya veo que lo dices tu aqui...
ResponderEliminarCelebre tb. es su exprimidor-araña... que ami me fascina.
Bezos.
Thiango, gracias por pasarte,
ResponderEliminarPhilippe Stark en efecto es el diseñador del Teatriz, y entre el gran numero de objetos que ha diseñado esta el celebre exprimidor de araña. que se ha convertido en un icono no por su practicidad un poco escasa, aunque bien planteada sobre papel, sino por ser un objeto escultorico.
La funcionalidad sacrificada a benefico de la estetica.
Saludos
me encantan los diseños de Philippe Starck, realmente hace maravillas. Buen post!
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