Louis Vuitton - Store Within a Store

La firma francesa de lujo Louis Vuitton está apostando por un nuevo concepto de moda: la tienda dentro de una tienda (store within a store), lo que hasta ahora conocíamos como córners dentro de grandes almacenes, pero con una particularidad, están cerrados por todos los lados
menos en la zona de la amplia entrada, o sea una boutique en toda regla con escaparates incluidos. Y el lugar elegido en España para abrir al público este nuevo concepto ha sido El Corte Inglés del Paseo de la Castellana, en Madrid.

El espacio ha sido creado por el omnipresente arquitecto Peter Marino, quien ha diseñado este nuevo espacio pensando en hacer de la experiencia del shopping algo más íntimo y personalizado. Marino ha logrado tal efecto convirtiendo la tienda de Vuitton en un auténtico apartamento de lujo.

Para ello, ha dividido el lugar en diversas habitaciones, cada una con su decoración particular y todas ellas con detalles hogareños, como flores frescas, fotos antiguas enmarcadas a modo de cuadros o cómodos sillones. Este “domesticar” las tiendas es una tendencia que esta en alza, como ya hemos comentado en varias entradas; se basa en incluir diferentes elementos normalmente empleados en el ámbito de hogar que aunque no tengan nada que ver con el producto de la marca les den mayor calidez y carácter, tanto que “casi den ganas de quedarse a vivir en ellas”.

Situada como decimos en la planta de calle en el exterior presenta una fachada con dos largos escaparates, enmarcados en negro, en la esquina entre el Paseo de la Castellana y la calle Raimundo Fernández Villaverde. La fachada interior alberga, por su parte, otros dos escaparates que permiten exponer las novedades de la temporada e invitan a los paseantes a adentrarse en el interior.

Los clientes son recibidos en el lujoso mundo de Louis Vuitton por lo que se considera el principal valor de "la casa" desde 1854: "el Arte del Viajar". Fiel a su herencia y tradiciones baúles, maletas y sofisticados neceseres dan la bienvenida a los clientes ya que la marca francesa nació como un negocio de maletas, una tradición que ha mantenido hasta la actualidad y que ocupa un lugar destacado en este renovado espacio comercial.

Tras atravesar la historia de los diseños de la casa a mano derecha de la entrada se encuentra el área dedicada a la mujer, que tiene tres secciones: marroquinería, zapatos y accesorios. A la izquierda de la entrada está el área dedicada a los complementos para hombres, que incluye las secciones de marroquinería, accesorios y zapatos.

Lo más destacado a nuestro entender es el merhandising, más dinámico. Se pueden tocar el producto con facilidad e interactuar con ellos.

Además la nueva tienda Louis Vuitton ofrece tres tipos de servicios de personalización: el hot stamping - que graba las iniciales del cliente en la piel -, el painting - técnica por la que se personalizan baúles y maletas rígidas - y el servicio Mon Monogram, que permite personalizar un bolso o maleta con iniciales personales y bandas de color. Más que un medio de mera identificación, la personalización establece un sello verdaderamente individual sobre un producto, encarnando la exclusividad de Louis Vuitton.

Este concepto de “tienda dentro de la tienda” creemos que es una particularidad que ya empezó a realizar hace unos años El Corte Ingles, principalmente en su centro del Pº de la Castellana para dar un valor añadido de lujo en el más emblemático de sus centros. Consiste en configurar pequeñas boutiques cerradas de las marcas más prestigiosas en el perímetro exterior de la planta o en un punto determinado del centro de la planta.

Parece que el éxito obtenido les ha hecho ampliar su oferta y el numero de firmas presentes en este formato crece cada día.

Esta mañana al ir a realizar unas gestiones a ese centro hemos estado visitando algunos de estos espacios, a destacar como siempre el de Hermes y el que mencionamos de Vuitton. Hemos visto también los nuevos de Prada y Carolina Herrera y esta próxima la apertura de Miu Miu, y la reubicación de Dior entre otros.

El resultado final convertirá un ala de la planta baja de este centro en un exclusivo centro comercial dentro del propio Gran Almacén donde se darán cita las mejores firmas de lujo del mercado. Las marcas se han volcado y han echado la casa por la ventana a sabiendas que dentro de este centro se realiza muchas de sus operaciones ya que, curiosamente al cliente no le intimida entrar en estas tiendas tanto como en las de calle, y con estas tiendas propias tipo boutiques esperan incrementar aun mas las ventas que ya venían haciendo en sus diferentes espacios previos.

El problema que hemos observado es que esos espacios al encontrarse ahora unos junto a otros y no solo en el perímetro se convierten en una sucesión de volúmenes cerrados apenas separados entre si por los pasillos prexistentes, con las dimensiones habituales de El Corte Inglés, y el resultado es un pequeño laberinto de pasillos estrechos, poco iluminados y desiertos que no reflejan el concepto que imaginamos se pretendía.