Prodigios



Tenemos que confesar que nosotros no nos hemos ido de vacaciones este año,(como tal) y van dos, ya que la situación económica no nos lo ha permitido y porque además han surgido varios proyectos a ultima hora y la cosa no esta para rechazar trabajo.

Pero es curioso viendo como está la situación económica, comprobar como por ejemplo en Madrid gran parte de sus habituales residentes se han marchado, y como en los sitios de costa la ocupación
ronda el 90 y tantos por ciento, los restaurantes y otros lugares de ocio se quejan de que han disminuido sus ventas pero siguen abarrotados, etc.


Esta misma cuestión se la planteaba hace unas semanas en su articulo de El Pais Semanal Javier Marías, que en un reportaje titulado Fraude, deudas o prodigios donde hace una reflexión que creemos nos hemos hecho todos durante estos últimos meses.

Os ofrecemos un extracto del articulo, pero os aconsejamos leerlo completo pues con fina ironía nos ofrece un retrato de lo que, incomprensiblemente ahora, ha sido la vida en este nuestro país durante los últimos años.


A raíz del llamado “plan de choque” del Gobierno y de sus difusas intenciones de subir los impuestos a “los más ricos”, este diario publicó un cuadro de lo más chocante para mí, que soy profano en economía, y sobre el que no he leído comentarios. Los datos provenían de la Agencia Tributaria y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y, según ellas, el 67% de los contribuyentes gana un máximo de 21.000 euros anuales brutos, y casi el 40% se embolsa, como mucho, 12.000 al año.


Esto supone que “los ricos” de ese casi 40% son meros mileuristas. Si se piensa que sólo el alquiler de un piso pequeño, en las grandes ciudades en que se concentra el mayor número de habitantes (pero casi también en las medianas), nunca cuesta por debajo de 600 o 700 euros, y que fácilmente se pone en 850 o hasta en 1.000 mensuales, ya me explicarán ustedes cómo vive y ha vivido ese 67%, no digamos ese cerca del 40% que, como he dicho, alcanza a ver, con suerte, 1.000 euros cada treinta días.


Pero no es sólo cómo vive y ha vivido. Es también cómo los incontables negocios, empresas, comercios, industrias, locales y tiendas pueden y han podido tirar adelante y prestar servicios y efectuar ventas.

El profano se pregunta cómo vive este país si los ingresos son los de ese cuadro.


El cuadro para mí tan chocante habla de los que declaran a Hacienda, lo cual lleva a sospechar que una de tres: o el fraude fiscal en España es monstruoso y los datos de ese cuadro nada tienen que ver con la realidad verdadera; o nuestros compatriotas son genios de la economía individual y consiguen milagrosamente viajar hasta el último rincón del mundo, tener y mantener coche, alquilar o comprar piso (comprar, nada menos, algo raro en Europa), poseer aparato de DVD y televisión de cristal líquido, disponer de Internet, vestir ropa aceptable, salir de juerga más de cien noches al año, abarrotar los restaurantes, los hoteles y las playas, asistir a conciertos de rock, fumar algo, beber no poco, comprar libros, ir al cine, alimentarse y medicarse, celebrar por todo lo alto bodas, bautizos y despedidas de solteros, no privarse jamás (antes muertos) de los carísimos festejos populares de su lugar y de otros varios (fíjense en las multitudes de sanfermines, Feria de Abril y fallas), holgazanear durante el rosario de jornadas festivas y sus correspondientes puentes …, cuando casi el 40% de ellos cuenta para todo eso con menos de 1.000 euros mensuales; o bien, por último, la gente aquí se ha endeudado hasta la demencia, viviendo muy por encima de sus posibilidades con la complacencia taimada de los tentadores bancos que han incitado a pedir créditos y a tirar de VISA aun para los mayores caprichos y chorradas, incluidas las liposucciones y operaciones de pechos de los adolescentes acomplejados.


O vivimos con un descomunal agujero de dinero negro, que se nos sustrae a todos, o debemos hasta el pellejo y la totalidad de nuestros órganos, o, lejos de reñir a España, las agencias financieras internacionales deberían darle una medalla a cada habitante de este país incomprensible, por obrar prodigios.

Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden al Cave Restaurant en Maroubra, Sydney- Australia diseñado por Koichi Takada Arquitects

6 comentarios:

  1. Javier Marías tiene toda la razón del mundo. Yo creo que es una mezcla de la primera y tercera razón que esgrime. Mucho fraude a Hacienda y mucho dinero negro y agujero de crédito. En realidad lo que ocurre es que en España nadie renuncia a su "modo de vida" habitual, es decir, mucha salida, tapas, copas, reuniones con amigos, que en los últimos años se ha visto complementada con viajes de vacaciones al extranjero y productos de lujo. Un motivo añadido es que en España, salvo en la costa, no se ha producido realmente una corrección de los precios de la vivienda, que me temo que tendrá que ocurrir, por lo que los propietarios se siguen sintiendo "seguros", tanto más cuanto que los tipos de interés siguen bajos.

    Aquí en EEUU todo es mucho más estacional, la gente se adapta a la situación en seguida, los precios bajan en consonancia, la gente limita sus gastos de inmediato. Eso sí, los restaurantes de NY están llenos... de españoles. Es algo que no deja de sorprenderme, sobre todo este verano, allá donde voy hay españoles. Cuando estuve en Edimburgo en julio, la ciudad estaba vacía de turistas, salvo los españoles. Los aviones desde Madrid (consejo: no uséis NUNCA Spanair en esa ruta), con overbooking. Sigo sin entenderlo. Quizá es que de verdad somos (son, no me incluyo) unos genios.

    Y siento lo de vuestras vacaciones, de verdad. Pero ya os resariciréis, seguro.

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  2. Squirrel, hace tiempo hablando con una amiga catalana sobre los estereotipos _ ya sabes ese de que los catalanes son tacaños y no gastan- me decia que lo que ocurre es que un catalan gana 1000 pero vive como si ganara 500, mientras que los demas viven como si ganaran 1500 aunque solon ganen mil. Quiza sea ese uno de nuestros rasgos, debido quiza al poso de los malos años (guerra, posguerra, dictadura...) en cuanto mejoraron las cosas nos comportamos como nuevos ricos, gastando por encima de nuestras posibilidades mas de lo debido y además haciendo ostentacion y claro ahora cuando vienen mal dadas es dificil renunciar a ello.

    A veces nos ha sorprendido conocer a gente con bastante dinero y ver que controlan sus gastos y viven mas austeramente que otra gente digamos mas "clase media".

    En cuanto a lo del reajuste de precios de la vivienda, algo se ha producido, pero seguramente todavia falta mucho.

    Lo de las vacaciones se nos pasara en cuanto regrese todo el mundo, volveran cabreados, nosotros como no nos hemos ido estaremos mas contentos, asi que como dice el refran "no hay mal que por bien no venga", nos quedamos sin vacacione y nos ahorramos la depresion postvacacional ;).

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  3. Eso es lo que se llama buena disposición y talante bien entendido!! Por cierto, el restaurante de las fotos es una pequeña joya. Pensé que sería de Shu Uemura, que mezcla zen japonés con organicismo aaltiano, pero ya veo que no. Toda una revelación.

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  4. Squirrel, es una cuestión de actitud, nos lo tomemos como lo tomemos nos hemos quedado sin vacaciones, asi que, mejor con azucar!

    El restaurante es una muestra de lo que se puede hacer con imaginacion y buen gusto incluso en locales pequeños. Shu Uemura hasta donde nosotros sabemos es una marca de maquillaje, corrijenos si nos equivocamos.

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  5. Tenéis razón. Demasiados datos en mi cabeza, estaba pensando en Shigeru Ban. Qué horror, se me va la olla.

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  6. Squirrel, tranquilo, nos pasa a todos... Muy interesante Shigueru Ban, conociamos alguna de sus obras pero no a él. Como siempre eres un pozo de sabiduria!

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