Desde hace un tiempo venimos escuchando en conversaciones con amigos y conocidos una pregunta que nos ha dado que pensar: ¿por qué ciertas empresas relacionadas con el retail, no se hacen cargo de alguno de los muchos edificios singulares vacíos de nuestra ciudad y lo rehabilita para instalarse en él? En nuestra opinión, aunque llevados de la mejor intención, no saben bien lo que dicen, creen que como aquellos que tradicionalmente se ocupaban de ello no pueden hacerlo ahora, el retail puede ser una opción salvadora del patrimonio, y eso no es tan fácil.
Estas labores de rehabilitación solía realizarlas, en primera instancia, el estado a través de comunidades autónomas y ayuntamientos, y en segunda, los bancos, pues hasta ahora eran casi los únicos que disponían de capital para adquirir esos edificios y posteriormente rehabilitarlos; menos habitual, aunque en ocasiones también se daba, era que alguna gran empresa lo hiciera para ubicar allí sus oficinas centrales, la sede de su fundación, o alguna otra actividad que necesitara de un edificio representativo.
En el momento actual nos encontramos con que el estado no dispone de dinero para dichas acciones y que tampoco sabe muy bien qué hacer con muchos edificios de valor histórico que posee, pues ya tiene demasiados dedicados a museos o actividades culturales, algunos incluso casi vacíos o esperando un contenido después de una exhaustiva rehabilitación como es el caso del antiguo Cuartel de Conde Duque en Madrid, un grandísimo espacio desaprovechado pues no se dispone de contenidos con que llenarlo y tiene que conformarse con dedicarlo a actos menores o exposiciones de igual índole, quedando mientras más del 70% por destinar a alguna actividad.
Los bancos eran una segunda opción a la hora de hacerse cargo de este tipo de inmuebles o acometer labores de patrocinio para la rehabilitación de los mismos, pero ahora no corren tampoco buenos tiempos para ellos, es más, se están deshaciendo también de algunas de sus sedes emblemáticas a las que aguarda también un incierto destino como es el caso de los que se encuentran ya vacíos en la madrileña calle de Alcalá, junto a la Puerta del Sol. Conocido es el caso del otrora popular cine Palacio de la Música, adquirido por Caja Madrid (posteriormente Bankia) como futura sala de conciertos y ahora, tras un cambio de uso, a la espera de que como le ocurrió a su vecino cine Avenida, alguna multinacional textil (se rumorea que Uniqlo) fije sus ojos en él. No muy lejos de allí, al principio de la Gran Vía, la castiza Plaza de España exhibe también un buen puñado de edificios cerrados (algunos de ellos incluso con evidentes signos de abandono), incluido el famoso Edificio España, víctima de la burbuja inmobiliaria, y en espera de que mejore la situación para decidir su futuro.
Gran parte de estos cierres son debidos al abandono por parte de los grandes bancos y grandes empresas como Telefónica de sus históricas sedes para mudarse a la periferia donde han creado modernas micro ciudades que albergan la mayoría de sus actividades y empleados en un entorno más eficiente.
Seguimos queriendo construir, cuando tenemos una gran cantidad de edificios y viviendas deshabitadas. Quizá es el momento de re-habitar. No confundir con rehabilitar, re-habitar es volver a usar un edificio, un piso, un espacio, pero modificando la forma de hacerlo. Puede que para ello también sea necesario rehabilitarlo, pero yendo más allá de intervenciones plásticas, demasiado frecuentes, que no resuelven sus carencias, sino abordándolo con una profundidad y desde una perspectiva que permita nuevos y diferentes usos para los que fue creado.
Los que sigáis habitualmente el blog habréis visto entre las imágenes que ilustran nuestras entradas varios ejemplos, recordando los más destacados están por ejemplo la Librería Selexyz Dominicanen en Maastricht, una antigua iglesia del s. XII transformada en un templo para el libro, el salmantino ex convento de San Antonio el Real reconvertido en boutique de la cadena Zara, el antes citado Cine Avenida, actual Flagship de la marca H&M en Madrid, la histórica plaza de toros barcelonesa reconvertida en Centro Comercial Las Arenas, y el ultimo que os mostramos, el palacete de la Calle Postigo de San Martin de Madrid transformado también en librería de la mano de La Central. Estos son solo algunos ejemplos, pero seguro que acuden más a vuestra memoria.
Aunque instalarse en un edificio histórico o emblemático pueda suponer un “asset” para una empresa y contemos con buenos ejemplos de ello, no hay que olvidar que la inversión a realizar para llevar a cabo el cambio de uso y muchas veces también los complicados escollos burocráticos, hacen muy difícil la realización, y no debemos olvidar tampoco que el retail es un negocio, y como tal, sus inversiones se tienen que ver compensadas por las ganancias de sus ventas, algo que en la actual situación económica de crisis y con la fuerte competencia “on line” que requiere menos inversiones, está cada vez más difícil.
Además, incluso una vez sacado adelante el proyecto, tampoco es sinónimo de gran éxito. Si analizamos un establecimiento que conocemos bien como es el ya referido flagship de la firma H&M en Madrid vemos que las áreas conservadas, a pesar de su encanto, no logran ser más que lugares de transición que muchas veces lo único que hacen es enfriar la venta, tan solo en la planta de calle tiene afluencia de público pero como mero pasillo de comunicación con la auténtica sala de venta. Y eso a pesar de que cada cierto tiempo intentan hacer algo diferente y atractivo, pero aun así los espacios de entreplantas están desiertos y pocas personas se pierden por ellos; tan solo se puede ver gente en aquellos en los que se han colocado probadores para que sean sitio destino y el público no tenga más remedio que llegar hasta allí.
Algo parecido se aprecia en la planta de caballero, donde la que fuera antigua pista de baile de la sala de fiestas Pasapoga al encontrarse en una altura de cota más baja, con dos escalones de diferencia respecto al espacio general, también se aprecia que el cliente la bordea pero no baja a esa zona y pocas veces mira el género que allí se expone. También aquí deberían estudiar alguna alternativa, como situar en ese espacio las cajas o una atractiva zona de complementos. El resultado al final es que pese a la enorme inversión dedicada el espacio no funciona como debería, cosa muy diferente a lo que ocurre con su otro establecimiento situado a tan solo unos metros en la acera de enfrente, en los que fueron antiguos Almacenes Sepu, que sin tanto empaque resulta en cambio mucho más comercial, y estamos convencidos, vende más con menor inversión y menor superficie.
Volviendo pues a la cuestión del principio, o se dan facilidades y ayudas por parte de quien sea (Fundamentalmente la administraciónes) para que este tipo de iniciativas se lleven a cabo o sino, muy pocas empresas relacionadas con el retail se embarcaran en aventuras así.
Pero este tipo de rehabilitaciones, pese a las enormes dificultades a salvar y las grandes inversiones necesarias son imprescindibles para re-habitar estos inmuebles si no queremos que el centro de nuestras ciudades acaben siendo lugares fantasma, testigos decrépitos de un pasado glorioso. Y lo mismo puede suceder en zonas menos céntricas con la desaparición del comercio, y el cierre de los locales comerciales. En un futuro no muy lejano tendremos que re-habitar muchos de ellos, de hecho ya se está haciendo, dedicándolos a viviendas u oficinas como hemos hecho nosotros en nuestro estudio que hasta hace unos años era una pequeña tienda de venta de productos lacteos.
Las imágenes que acompañan esta entrada corresponden a la Flagship de la Farmacia Walgreens en Chicago que ocupa un histórico edificio que fue con anterioridad el Noel State Bank.
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