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Cuando un establecimiento con historia cierra sus puertas y tiempo después las reabre, cosa rara, porque los que cierran rara vez vuelven a abrir la persiana, y sino ahí tenemos por ejemplo a uno emblemático como eran los Gabrieles, y además lo hace adecuándose a los nuevos tiempos pero sin perder su esencia, ello es motivo para reseñarlo y además tomarlo como ejemplo para otros muchos negocios del mismo tipo que todavía existen en nuestra ciudad.