El Comercio Popular Tambien Existe




Habitualmente se conoce como comercio popular a aquel de proximidad que se dirigía a un público de clase media o media-baja que tenía sus limitaciones económicas y buscaba un producto actual y a buen precio.


Suelen estar ubicados en calles comerciales llamémoslas “de segunda” bien situadas pero dentro de barrios de las grandes ciudades, como ejemplo Madrid disponen de varias de ellas a destacar la Calle Alcalá entre el Metro de Ciudad Lineal y El Carmen, la calle de Bravo Murillo en la zona más cercana a la Glorieta de Cuatro Caminos, o la de General Ricardos.



Precisamente estas zonas son las que más están sufriendo la crisis; no han renovado el planteamiento comercial de las mismas y las ventas han ido bajando a lo largo de los años, lo que lleva a que tampoco se invierta y así se entra en una espiral que al final lleva al cierre de muchos establecimientos y la degradación comercial de la zona. Hoy pasear por estas calles da un poco de pena, sus muchos locales cerrados dan idea de lo que fueron en su día.



Como ejemplo de cómo se puede afrontar este tipo de situación hoy os traemos uno de nuestros últimos proyectos y precisamente ya que en nuestra última entrada hablábamos del merchandising de las zapaterías se trata de una de ellas en una zona popular de los alrededores de Madrid.

Este ejemplo nos demuestra cómo algunos comerciantes, aunque modestos, también se preocupan por mantener al día sus establecimientos y combatir la crisis con iniciativas y cambios que no requieren una excesiva inversión y en los que lo que cuenta principalmente es que la tienda al final sea comercial y le ayude a vender más, con las nuevas técnicas de ventas que se han ido incorporando al retail.



Partíamos de la base de un establecimiento que si bien no era excesivamente viejo si se había quedado desfasado. Ya hemos comentado en otra entrada anterior referida al mismo tema como ha cambiado el modelo de exposición y venta en este sector del comercio y aquí se puede apreciar muy bien. El establecimiento anterior se correspondía con ese antiguo modelo: la mayoría de su espacio estaba dedicado a escaparate y almacén quedando reducido el espacio público a unos escasos metros donde probarse y pagar los modelos elegidos.



Lo más llamativo de la instalacion anterior era el amplísimo hall de escaparates acristalados donde se exponía el mayor número de mercancía posible para que el cliente eligiera un modelo, entrara al interior y se lo pidiera al dependiente, este a su vez buscaría el número del modelo o modelos deseados en el almacén y se lo ofrecería a probar. Una vez probado en los asientos perimetrales si eran de su agrado se efectuaría la compra en un centralizado mostrador de caja.

Nuestro cliente deseaba una actualización de su negocio, pero sin que esta fuera demasiado singular, algo más bien atemporal e, importante, ajustado a su presupuesto.



Por supuesto que tanto a él como a nosotros nos gustan propuestas más originales o atrevidas, pero esto no siempre es posible ni algunas veces comercial. Muchas veces cuando vemos esos proyectos sorprendentes y cargados de ingenio, realizados por profesionales de renombre para grandes firmas, y seguramente también holgados presupuestos, nos olvidamos de los pequeños comerciante que también están ahí, que también quieren dar a sus clientes un buen servicio en un ambiente agradable, pero que no disponen de tantos medios. Sus inversiones suponen para ellos un esfuerzo que necesita ser amortizado y no puede resultar un fracaso; deben mantener a su clientela, incluso atraer otra nueva, pero en ningún caso alejarla pensando que el negocio ha cambiado su público objetivo.



En el caso que os mostramos la solución adoptada fue, de acuerdo con el cliente y el tipo de atención personalizada que este quería dar sus clientes, mantener intacto el espacio de almacén que ocupaba parte de la planta de calle y el sótano (ya hablamos del gran espacio que esto requiere) y actuar sobre el resto del local. Básicamente la propuesta consistió en dedicar la mayor parte del espacio a exposición de producto también, pero ahora dentro de la tienda, y reducir el escaparate a una pequeña muestra que mostrara el estilo del establecimiento y permitiera apreciar en su interior el resto, así como aumentar el acceso.



En el interior dos lados diferenciados, uno de baldas fijas y otro de baldas de cristal móviles, facilitan mostrar el producto adaptándose a su tamaño o al tipo de exposición según la temporada y permiten liberar el espacio para que el cliente circule por la tienda con libertad observando y eligiendo bajo la atenta mirada del dependiente para cuando necesite su ayuda.

La mayor parte de la exposición está dedicada a artículos de mujer, pues son estas las grandes compradoras de estos artículos, mientras que la de caballeros es más escasa ya que estos compran más por necesidad que por gusto. Cuenta también con una amplia zona de calzado infantil pues es otro de su público mayoritario y expresamente para ellos se ha colocado un asiento adecuado que aporta un toque de color al ambiente.



En el centro del espacio ordenando la circulación un generoso mueble comparte las funciones de banco de asiento para adultos y expositor también.

Por último al fondo encontramos el mostrador de caja, presente pero no imponente pues al tratarse de un lugar de obligada visita tras la compra no se consideró necesario destacarlo sino más bien integrarlo en el conjunto del mobiliario.



Los materiales elegidos fueron prácticos, funcionales y de fácil mantenimiento: maderas lacadas, melaminas y asientos de piel sintética para el mobiliario y cerámicas imitando madera y piedra para suelos y fachada. En cuanto a los colores, se eligieron neutros y cálidos, blanco roto y marrones para que resultaran elegantes pero cedieran su protagonismo al producto.



En cuanto a la iluminación, se eligieron focos de halogenuros metálicos empotrados en el techo para la iluminación general y focos ledsy regletas fluorescentes para la iluminación más puntual de las baldas expositoras. La iluminación se completa con algunas lámparas singulares como contrapunto decorativo a la contención general de la propuesta.



Esperamos que os guste. Nosotros nos encontramos muy satisfechos pues, pese a no tratarse de una propuesta en la que hayamos podido desarrollar una gran creatividad, si ha cumplido perfectamente su función y las expectativas de nuestro cliente, tanto es así que este ya nos ha reconocido un aumento en sus ventas tras efectuar la renovación. La reapertura se produjo en septiembre y según nos ha comentado a estas alturas de la campaña de otoño invierno ya ha vendido casi lo mismo que la totalidad de la misma campaña del año anterior, y eso que no ha llegado la temporada fuerte de Navidad, que supone un balón de oxígeno para muchos comerciantes, en la que se puede facturar un 20 % o más de las ventas de todo el año.

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