En estos días muchos televidentes han estado pendientes, aquí en nuestro país, de la final del último concurso de éxito de nuestra programación televisiva, Masterchef, en ella, y además de en el concursante ganador, la atención se centró en la aparición en el mismo de Ferrán Adriá, nuestro cocinero más famoso y universal, que entre otras cosas dio a los concursantes un consejo que también ha sido muy comentado:
“No busques el éxito, busca la felicidad, y lo demás vendrá solo”. Bonita frase, cargada de buenas intenciones y a la que no negamos veracidad, pero a la que habría que añadir matices.
Si la aplicamos al terreno profesional que es al que suponemos se refería Adriá, hay que ser realistas también y tener en cuenta que además de disfrutar con la profesión que se ejerce también es necesario que ésta sea mínimamente rentable, nos guste o no el dinero es necesario para vivir y para ejercer cualquier profesión, y si esto no siempre en fácil, menos ahora con la que está cayendo. Con esto no queremos contradecir a Ferrán Adriá, nosotros también somos idealistas por naturaleza, pero hay que ser también prácticos, a veces la realidad es testaruda, y muchas veces además muestra su lado más amargo; lo vemos ahora todos los días cuando muchos profesionales enamorados de su profesión o trabajo se ven abocados a abandonarlo por no poder hacer frente a una situación como la actual.
En nuestro caso, cuantos arquitectos, interioristas, diseñadores, etc. que adoran su profesión han tenido que cambiar de actividad, o lo que es peor, se encuentran sin trabajo. Y de los que a duras penas mantienen/mantenemos nuestra actividad, cuantos no hemos tenido que aceptar trabajos, encargos etc. que quizá no nos agradan, olvidándonos de idealismos; trabajando en ocasiones incluso demasiado para lo que después vamos a recibir – todos hemos tenido que adaptar nuestros honorarios y tarifas - ; o sufriendo clientes a los que mandaríamos, como se dice vulgarmente a freír espárragos (ya que empezábamos hablando de cocina) por su mala actitud (retrasos en los pagos, exigencias, etc.); porque, hay que ser prácticos, y pagar las facturas a fin de mes. Y a pesar de todo ello, sí intentamos mantener la ilusión en lo que hacemos, tenemos la esperanza de que si hacemos las cosas bien algún día recibiremos la justa recompensa a nuestro esfuerzo. Y lo hacemos porque nos gusta lo que hacemos y no nos importa dedicar nuestro tiempo casi por completo a ello, porque más que nuestra profesión es nuestra “forma de vida”.
También tenemos que estar alerta antes los vendedores de humo, y más ahora que parece están prosperando con la crisis. No vamos a englobar a todos en esta categoría, pero hay quienes intentan también rentabilizar esos malos momentos por los que pasamos sabiendo que en nuestra desesperación recurrimos muchas veces a cualquiera que nos ofrezca alguna clave que nos ayude a superar las piedras de nuestro camino. Son personas que bajo una aparente profesionalidad solo ofrecen eso, frases bonitas y pensamientos positivos con los que intentan levantar nuestro ánimo en esos baches, pero cuyas herramientas para salir de ellos son las de siempre, las que se estudian en cualquier escuela de negocios, todas esas que han empleado las empresas durante los últimos años, y ojo, actualmente muchas ya no sirven, el modelo está cambiando y todavía nadie sabe muy bien a donde lleva esto.
Por supuesto nosotros tampoco tenemos las claves para afrontar los reveses del ejercicio profesional (y menos de la vida), y aunque desde aquí a veces intentemos, con nuestra mejor intención, ofreceros algunas pautas o consejos que creemos pueden ayudaros en vuestros negocios o profesiones no queremos parecer vendedores de humo, ni utópicos idealistas, y aunque como decimos en el título de esta entrada, sí, hay que intentar disfrutar con lo que hacemos, porque la felicidad, (contradiciendo nuevamente a Adriá), no es el fin sino el camino, también queríamos deciros (aunque seguro ya lo sabéis también) que ese camino tiene piedras, y a veces muchas y gordas.
Pero, generalmente, la gente echa la culpa a los momentos malos y esperan a que lleguen los buenos momentos cuando lo cierto es que todos tenemos momentos difíciles; pero mientras los inteligentes sonríen y avanzan, los tontos se quedan llorando y siendo desdichados. Y eso es lo que debemos intentar, avanzar, disfrutando lo más posible del viaje.
Para todos aquellos que quizá os preguntáis por qué los que nos dedicamos a estas profesiones, llamémosles “creativas” (ya sea cocinero, escultor, diseñador, arquitecto…), las hemos elegido, quizá a veces contra toda lógica, os recomendamos la lectura de esta otra entrada del blog Arquitectamoslocos
Quizá luego nos comprendáis un poco mejor, o no.
Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden al Catering Sensacions restaurante en Sabadell diseñado por Denys Von Arend
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Ay, pues yo si estoy de acuerdo con la frase. Y se la pienso tatuar a mi hija que en estos momentos anda como loca pensando en su futuro. Tiene un talento descomunal para la escritura,es creativa,adora el arte, tiene sensibilidad y es absolutamente una negada para las matemáticas...pues bien, esa es su opción, ciencias, porque desde el instituto les han inculcado que lo "clásico" no sirve para nada, que la cretividad es de "perroflautas" que con las letras no se come y lo guay es hacer empresariales para mandar y dominar el mundo.. muajajaja.
ResponderEliminarPrecisamente en momentos de crisis necesitamos esos espíritus crativos, esas cabecitas locas que se anteponen a la senda trazada, esa gente apasionada con talento que crea maravillas de la nada, sea en el sector que sea, y eso sólo lo logran los que buscan la felicidad,no los que buscan los beneficos, y es cierto, lo uno ,te llevará a lo otro (yo soy un ejemplo)
Creo que voy a empezar una campaña: Los sueños también dan de comer...y al final, a pesar de los clientes aogtadores,siempre tendrás el gustillo de en el fondo estar haciendo lo que te gusta...imaginate la misma situación,haciendo algo que odias, que por otra parte,tampoco te garantiza el empleo.
Un saludo
Lur
LUR,
ResponderEliminarTambién hay un dicho budista que dice que “No hagas solo aquello que ames, ama todo aquello que haces”, y Sartre dijo que "Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace".
El equilibrio es complicado, para todos y en todos los ámbitos de nuestras vidas, no solo en el profesional, porque si esta claro que no vamos a ser felices con algo, alguien o haciendo algo que no nos gusta, también hay que ser realistas y saber que hasta las rosas tienen espinas.
Un saludo,