La Realidad Supera a los Realities




Hace unas semanas leíamos una interesante entrada en el blog de nuestro amigo Celestino Martinez en la que hacía referencia a un reality televisivo aquí llamado Tu Casa a Juicio (en inglés Love it or list it). Lo cierto es que hasta entonces no le habíamos prestado mucha atención cuando lo habíamos visto escuetamente en algún zapping, pero el que Celestino reflexionara sobre el mismo nos hizo que nos detuviéramos a verlo y analizarlo un poco más. Y la verdad es que engancha.


Cada programa gira alrededor de una familia cuya casa se ha convertido en un problema que se solucionará reformando la casa actual o mudándose a una casa nueva. Los motivos que generan esta situación suelen estar relacionados con problemas estructurales, deterioro de la casa o, frecuentemente, con cambios en las necesidades de la familia que la casa no puede satisfacer, al menos en su estado actual.



“Tu casa a juicio” está protagonizada por la diseñadora Hillary Farr y por el agente inmobiliario David Visentin. Tanto a Hilary como a David les dan un presupuesto con el que tienen que trabajar, así como una lista de exigencias que deben cumplir. David lleva a los propietarios a algunas viviendas nuevas, mientras que Hilary, con la ayuda de su equipo, renueva la casa de la pareja. Al final de cada episodio se muestra a la pareja el espacio reformado, y luego deciden si es mejor quedarse en la nueva casa reformada por Hilary o comprar una de las casas que David les ha presentado y mudarse.



Celestino analizaba el programa desde el punto de vista del vendedor y como se la ingenia el agente inmobiliario y los recursos que utiliza para convencer a los protagonistas de que su opción es la mejor.

Aunque nosotros somos interioristas, entre nuestras labores está también la de vender. Como le ocurre a Hillary lo que vendemos son nuestras propuestas, algo en principio intangible (con la dificultad que ello conlleva), que no toma forma real hasta que el cliente se ha decidido a comprarlo y se ejecuta. Queremos por tanto analizarlo también bajo nuestro punto de vista.



En primer lugar la diseñadora se enfrenta a una lista con los requisitos que los propietarios tienen para quedarse, luego se realiza una visita, para observar y comprobar las necesidades de cada requisito, y el conjunto en general, y una vez que tienen todos los datos se reúnen para que los propietarios les digan el presupuesto que tienen para realizar todo lo que ellos quieren.



Nos parece que David tiene más ventaja, ya que él cuenta con el producto final desde el principio, sus casas ya están construidas, en cambio Hillary tiene que realizar todo un proceso e ir solventando dificultades y añadidos. Los clientes dan un presupuesto “x” y en casi todos los programas él lo sobrepasa, pero eso en principio no tiene coste para los propietarios, en cambio a Hillary le dan “x” presupuesto y tiene que trabajar solo con ello. Si quiere sobrepasarlo tiene que convencerlos previamente.



Porque, los propietarios siempre quieren una larga lista de cosas, y los presupuestos no siempre concuerdan con ellas, por lo que se analizan presupuestos y se les comunica con el enfado consiguiente por parte de los propietarios de lo que no es posible realizar con este presupuesto.



Además durante la ejecución de las obras, frecuentemente se encuentran imprevistos, filtraciones, vigas en mal estado, etc. una vez valorados esos imprevistos, se reúnen de nuevo con los propietarios para comunicarles los imprevistos y los costos de los mismos. Como profesionales les comunican que eso hay que ejecutarlo si o si, y que si no pueden poner más dinero se tiene que suprimir alguna partida del proyecto inicial, con el consiguiente enfado por parte de los propietarios que ven menguar sus aspiraciones.



Otro escollo a vencer es que, como suele ocurrir a menudo en el sector de la decoración y la reforma, el cliente en muchos casos no sabe lo que quiere o lo que necesita. Y es una labor “delicada” para nosotros como profesionales comprender y “cumplir con los requerimientos del cliente ajustándose además al gusto de éste.



Al final el resultado es que se ha ejecutado todo aquello que se ha podido (con mejor o peor gusto), y los propietarios tienen que valorar si les merece la pena quedarse en su casa o cambiarse a alguna que les ha ofrecido el vendedor inmobiliario.



A nosotros nos parece que hay una gran desigualdad, pues como decíamos, mientras el vendedor inmobiliario puede seleccionar productos ya existentes aquellos que más se adecuen a las necesidades y expectativas de los clientes, la diseñadora tiene que vender ilusiones primero y crear ese producto que necesitan ajustándose a la estética y presupuesto disponible, salvando los inconvenientes durante su ejecución y con un resultado a juzgar por el cliente.



Tan solo vemos una ventaja que juega a favor de la interiorista, y es el factor emocional. Si tras todo el trabajo realizado consigue acercarse lo más cerca posible al objetivo, casi con toda probabilidad elijan su opción pues esa era ya es la casa de los participantes y a ella van unidas gran parte de sus vivencias.Ese es un factor muy importante a tener en cuenta también a la hora de intentar realizar una venta, el factor emocional.



Si nosotros comentásemos alguna vez muchas de las cosas que nos han pasado se os podrían poner los pelos de punta.

Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden a la tienda de Scoch Soda en Viena

2 comentarios:

  1. entré hace poco en un Scoth&Soda, y la ropa d chico tenia una estetica muy naif, d colorines, parecia el vestidor del payaso Micolor. ¿ que tipo d treintañero (veintañeros descartados x el precio), busca vestir asi?

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  2. EMILIO

    Bueno Emilio, como se suele decir "para gustos los colores", que algo no le guste a uno no quiere decir que no guste a los demás.

    Suponemos que ellos conocen bien a su publico y al target al que se dirigen y saben lo que este demanda, aunque nadie esta libre de equivocarse alguna vez, todas las firmas han sacado alguna vez alguna colección que no ha tenido el éxito esperado.

    Un saludo

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