¿Ecología o Economía ?


Ya hemos comentado varias veces en este blog que lo ecológico y sostenible es tendencia, y como las compañías intentan vender su filosofía y actitud al respecto como forma de atraer clientes.

Por otro lado también hemos comentado en alguna ocasión que lo sostenible
tiene mucho que ver con el sentido común; tenemos por ejemplo el caso de Ikea, que embala en plano para optimizar el espacio que ocupan sus mercancías a la hora de transportarlas y así aprovechar mas los viajes con la consiguiente economía de gasto en combustibles y la reducción de contaminación y su huella de Co2; o el de Inditex donde trabajan personas capaces de mejorar la optimización que hace el ordenador con los patronajes para que quepan mas elementos en las piezas de tela y así aumentar el rendimiento y reducir los recortes, etc.


En otra entrada nos hicimos eco en su momento de la polémica que se organizó cuando Carrefour decidió eliminar las bolsas de plástico de sus tiendas, sustituyéndolas por otras de un material reciclable y cobrándoselas a sus clientes. Esto que puede enfocarse desde un punto de vista ecológico, le ahorraba aproximadamente a la empresa en España la nada despreciable cifra de mas de 5 millones de € al año.

Todo esto que es en gran parte cuestión de sentido común y económicamente eficiente se nos vende como ecológico y sostenible es también de índole económico para las empresas y lo traemos hoy aquí al hilo de un reportaje que publicaba este pasado domingo el diario El País en su suplemento EPS titulado “El pan de molde va en vertical”. En él entre otras cosas se dice:


Los españoles acuden, de media, 16 veces al mes a un establecimiento para comprar alimentos y adquieren casi diez artículos en cada ocasión. Eso supone un gran consumo de productos, pero no solo. Detrás de la compra hay una serie de procesos que suponen un gasto de materias primas y un impacto para el medio ambiente; como el transporte, la iluminación de las tiendas o el uso de embalajes, por poner tres ejemplos. El gran consumo se enfrenta al reto de combinar la eficiencia con la sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente. Sobre estos temas debatieron seis expertos en el desayuno organizado por EL PAÍS y Asedas, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados.

El transporte es uno de los temas sobre los que el gran consumo puede tomar medidas para tratar de conseguir una mejora en la eficiencia energética."Un supermercado con un servicio a domicilio eficiente puede ahorrar 1,3 toneladas al año en emisiones de CO2", explica Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.


Un ejemplo concreto es Mercadona, que ha tratado de reducir la distancia entre sus almacenes y sus tiendas. "Somos muy eficientes en logística", señala Margarita Muñoz, responsable de medio ambiente de la cadena de supermercados. "El último año hemos reducido 50 kilómetros la distancia media entre el almacén y la tienda", añade. Una reducción que conlleva no solo una menor contaminación por el ahorro en gasolina, sino también un ahorro para la empresa. Y es que la clave en muchos casos para conseguir la eficiencia medioambiental es la combinación de ciertos cambios organizativos con el ahorro de costes.


A veces, un simple gesto es suficiente. Colocar los paquetes de pan de molde en vertical en lugar de horizontal en la caja donde se transportan para distribuirlos a las tiendas ha permitido a Mercadona aumentar el número de envases que caben en una caja. Así, en un año la cadena de supermercados apunta que ha ahorrado 1.800 camiones, lo que supone menos gasto de gasolina, menos contaminación -algo positivo para el medio ambiente- y un menor gasto en transporte -algo positivo para la empresa-.

García Magarzo se muestra optimista al hablar de la situación del sector. "En España el peso de los formatos de proximidad, especialmente en la compra cotidiana, es muy grande. Pensamos que eso es un valor", asegura. Los supermercados cercanos al domicilio permiten ir andando a hacer la compra lo que reduce el uso del vehículo y, por tanto, las emisiones de CO2. "El 82% de los consumidores va a pie a los establecimientos", señala el director de Asedas.


Reducción de residuos, reciclaje o eficiencia energética son algunos de los retos a los que se enfrenta el sector para su desarrollo futuro. La población crece y, por tanto, el número de recursos que utiliza; sin embargo, los recursos no crecen a la misma velocidad. "En los últimos cincuenta años, la humanidad se ha multiplicado por 4, la economía por 40, la pesca por 35, el consumo de agua por 9 y el consumo de combustibles fósiles por 16", desgrana Ribera. "El ritmo de crecimiento del planeta es manifiestamente insostenible", añade la secretaria de Cambio Climático. "La gran distribución es un escaparate donde pueden verse patrones más sostenibles".

Precio y medio ambiente son dos conceptos que, a veces, parecen ir reñidos. Un producto ecológico o que se produzca con procesos respetuosos con el medio ambiente, ¿tiene que ser más caro? Si es así, ¿está el consumidor dispuesto a abonar un importe mayor? "La batalla se está ganando en el tema de los precios. La demanda es lo que marca el producto", dice Cabañas.


"En el momento en el que un consumidor tiene que optar por un producto debería saber toda la información posible".

Y es que, hoy por hoy, diferenciar los productos ecológicos es todavía complicado. El objetivo, apuntan los expertos, sería crear una etiqueta sencilla, como la de las calorías, que permitiera al consumidor saber cómo ha sido el proceso que ha seguido el producto hasta llegar a la estantería del supermercado. Una etiqueta de huella ecológica. Actualmente, los sellos ecológicos, que existen para algunos productos complican más que facilitan la elección de un producto respetuoso con el medio ambiente, según explica Álvarez.


Otro de los retos a los que debe enfrentarse el sector es la gestión de los residuos. "Recuperamos el ciento por ciento de los envases que se quedan en nuestros almacenes; tanto los de polietileno como los de madera o cartón", explica Muñoz, de Mercadona. La responsable de medio ambiente de la cadena añade que también utilizan palés de material reciclado que proviene de sus programas de recuperar materiales.


Reciclar porque los productos que se encuentran en los estantes de un supermercado suelen ir recubiertos de una gran cantidad de embalajes. "Todavía se puede avanzar mucho más con la recuperación de materiales y embalajes", apunta Ribera. "Somos conscientes del impacto de los envases", dice García Magarzo, que añade que ya se han tomado algunas medidas y que se seguirá por el mismo camino. Al hablar de envases es inevitable hacer una referencia a las bolsas de plástico de los supermercados, que generan una parte importante de los residuos. Aunque todavía quedan metas por lograr, los expertos coinciden en que la preocupación por el medio ambiente ya no es solo una moda.

Meter la compra en una bolsa de plástico es casi un gesto automatizado. Cada español utiliza, de media, 238 bolsas al año, lo que hace que en España se utilicen 10.500 millones. Lo preocupante del dato es que ese uso generalizado produce casi 100.000 toneladas de basura, según Greenpeace. Una bolsa de plástico tarda cerca de cien años en descomponerse en la naturaleza, además de que en su fabricación se emite mucho CO2, explica Clemente Álvarez en su blog de EL PAÍS Eco Lab.


En otros países de Europa, los supermercados ya han comenzado a cobrar las bolsas de plástico para potenciar su reutilización y tratar de reducir el impacto sobre el medio ambiente. En España, la reforma de la Ley de Residuos busca la sustitución de las bolsas de plástico por otras biodegradables de forma gradual. Una regulación que todavía está en trámite para aprobarse y que traspone una directiva europea.

Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden a la Pescaderia - Restaurante Fishop en Barcelona diseñada por Lazaro Rosa-Violan

2 comentarios:

  1. Como siempre, muy interesante el articulo. El restaurante parece de antaño!

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  2. Txell, muchas gracias. Parece pero no es, pero si que aparenta ser muy acogedor, cumple muy bien su funcion, invita a quedarse a degustar alguno de los pescados que ofrece la tienda.
    Un saludo.

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