Según estamos leyendo en los periódicos y sufriendo en los negocios parece ya cierto que estamos en una clara desaceleración, tanto en lo que se refiere a facturación como a unidades y productos vendidos.
Desde Septiembre de 2007 y más claramente desde Enero del 2008, excepto en algunos casos aislados, la compra/venta de productos de uso, consumo y determinados servicios están estancados en su mejor caso o en cierto retraimiento en su mayoría.
¿Qué puede hacer el comercio independiente ante esta situación?. Los esfuerzos por mejorar los factores externos quedan fuera de nuestro control… entonces solo nos queda lo que podamos hacer desde la puerta de nuestro comercio hacia adentro.
Y es mucho lo que se puede y se debe hacer, desde formar y motivar a nuestro equipo humano - el que lo tenga-, pasando por la propia formación del empresario – siempre necesaria, siguiendo por la realización de un examen critico: ¿Tenemos los proveedores adecuados para satisfacer a nuestra clientela?, ¿Debemos cambiar nuestra orientación de productos y artículos para intentar captar nuevos nichos de mercado o reafirmar el que ya tenemos?, ¿Estamos en la ubicación adecuada y con los artículos adecuados?, ¿Hemos estudiado nuestra zona de influencia en lo que respecta a la tipología de nuestros vecinos y compradores?. Son tantas las preguntas a formular…y finalmente ¿Tiene nuestro establecimiento el concepto de imagen adecuado y que vende hoy en día? ¿Somos atractivos para nuestros posibles clientes?.
Recapitulando, si tenemos un buen producto y lo exhibimos adecuadamente crearemos el deseo y seguro que habrá bastantes mortales que caerán en la tentación.
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