Viena Capellanes




Hablamos a menudo de los comercios tradicionales y de como necesariamente tienen que adaptarse a las nuevas épocas y actualizarse para sobrevivir. Hoy vamos a hablar de un buen ejemplo de empresa centenaria que paso a paso se ha sabido situar y hoy ocupa un lugar privilegiado dentro del sector de las pastelerías, cafés, etc., porque no sabemos bien donde encuadrarlo, pues lo mismo se puede tomar un café, comprar dulces, pan, embutidos o comer, y es una de esas pocas que hacen la competencia a Rodilla en la venta de Sándwiches e incluso tienen un muy buen servicio de catering, se trata de Viena Capellanes.



Los orígenes de esta firma se remontan a 1871 cuando el Dr. Martí, un médico de Valencia fue a la Feria Universal de Viena en busca de ideas para establecer un nuevo negocio. No encontró nada que le llamara la atención, pero le encantó el pan vienés y consiguió la receta. La principal diferencia estribaba en que el pan en España se hacía sin levadura, mientras que el vienés sí la utilizaba. Cuando Martí regresó a España registró la receta y obtuvo los derechos exclusivos durante diez años. Para comenzar con la producción contactó con Matías Lacasa quién inmediatamente invirtió en este negocio.



La primera tienda se abrió en 1873, en la esquina de la calle de La Misericordia con la calle Capellanes, hoy en día llamada Maestro Victoria. La calle Capellanes se llamaba así porque en esta calle había una residencia de capellanes que se ocupaban de la Casa Real y también del Convento de las Descalzas Reales, situado al lado de la tienda. El primer edificio fue demolido, pero el nombre de la calle sigue ligado al negocio desde entonces.



El primer éxito de Viena Capellanes fue, sin duda, el pan vienés. Hasta entonces el único pan que se conocía en el país era un pan blanco que se vendía por piezas grandes. En 1898 el pan vienés podía venderse en piezas más pequeñas, hecho que tuvo gran aceptación. Se consideraba una delicatessen y se ofrecía también tostado para el tournedo o en trozos para la sopa. Este pan se hacía dos veces al día, incluso los domingos.



Después apareció otro producto, el pan sin gluten, especial para diabéticos y que fue un gran éxito. En 1929 Viena Capellanes comenzó también a hacer chocolate para diabéticos y también ofrecían su propio café.

Otro de sus productos más conocidos es la tarta Sacher, que se hace siguiendo la receta original que Viena Capellanes consiguió del famoso Hotel Sacher en Viena.

Cuando Martí y Lacasa fallecieron, Juana Nessi, la viuda de Lacasa, heredó la tienda. Juana Nessi estaba muy interesada en ofrecer productos de buena calidad.



Tras la muerte de Juana, su sobrina Carmen Nessi se puso al frente del negocio. Carmen Nessi era la madre de los hermanos Ricardo y Pío Baroja.

Como suele ocurrir en los negocios familiares de este tipo, después de varias generaciones se viven de las rentas y el negocio va a menos. Ante la situación precaria que atravesaban, Manuel Lence que llevaba tres años trabajando en la empresa fue nombrado encargado del negocio. Interesándose vivamente por el negocio y preocupándose mucho por su buen funcionamiento.



Los primeros años del siglo XX fueron difíciles para todos los negocios en general. Viena Capellanes tenía dos problemas básicos, el aumento del precio de la harina y más competidores, ya que ahora las demás panaderías también podían ofrecer el pan vienés. Todo esto llevó el negocio a una situación muy complicada. Más aun, tuvieron que abandonar la tienda, ya que el edificio iba a ser derruido. Pío Baroja quería dedicarse a la literatura, su hermano al arte y decidieron vender el negocio a Manuel Lence.



Cuando Manuel compró el negocio, la panadería sólo tenía un horno que había sido llevado a la calle Mendizábal, y una tienda en la calle Preciados. Esta tienda estaba abierta las 24 horas del día.

Cuando Manuel comenzó su negocio hizo que sus cinco hermanos vinieran a Madrid desde su Galicia natal para ayudarle. Todos trabajaron duro y para el año 1919 ya tenían cinco hornos, seis panaderías y nueve tiendas. Contaban con 264 empleados y sus productos se distribuían por todo Madrid en dos carros de mulas y dos coches.



En aquellos días el trabajo en una panadería era realmente duro. Los trabajadores comenzaban su jornada a las 23:00, cuando empezaban limpiando y engrasando las cacerolas en que se cocinaba el pan. Después quitaban el carbón del horno y metían el pan. Una vez que los trozos de pan estaban hechos tenían que humedecerlos con agua para que la corteza estuviera brillante. Trabajaban unas 12 horas diarias.

Durante los locos años 20, Viena Capellanes alcanzó el reconocimiento y la popularidad. Se convirtió en proveedor de a Casa Real hasta la Guerra Civil.



En 1930 la empresa ya contaba con dos fábricas y 14 filiales. Algunas de las tiendas no sólo vendían pan, sino también carne y pasteles y contaban también con salones de té. Una de las grande innovaciones de Manuel Lence fue el ofrecer servicios de catering. Entre sus clientes se contaban muchos de los grandes hoteles de Madrid, como el Ritz o el Palace. También ampliaron su oferta en pastelería. Todo esto hizo que abrieran más filiales.



Durante la Guerra Civil muchas tiendas fueron requisadas y parcialmente destruídas. Una vez que la guerra terminó, la familia Lence volvió a su negocio inicial y comenzaron prácticamente desde el principio tratando de recuperar el máximo posible. Esta recuperación se hubo logrado casi totalmente hacia el año 1950.



Manuel Lence, que fue el que realmente lanzó el negocio de Viena Capellanes, murió en 1957 y le sucedió su hermano Antonio. Pero había más herederos y una época de crisis siguió, hasta que la familia Lence Mora comenzó a gestionar la empresa. Fue en los años 1980 cuando la tercera generación cogió el liderazgo.



Hoy uno de los productos más conocidos de Viena Capellanes son sus sándwiches. Parece ser que en los años 30 un cliente entró en una de las tiendas y pidió un sándwich. El empleado, no sabiendo lo que se le pedía, preguntó al cliente y después hizo un sándwich a su aire, con un toque español.

Entre las distintas tiendas de Viena Capellanes que tenemos en Madrid, probablemente la más llamativa sea la que está en la calle Goya 37, manteniendo todavía el mismo aspecto exterior que en su día.



Otro sitio que merece la pena visitar es el Café Viena, ubicado en la calle Luisa Fernanda 23. Este fue un negocio muy especial para Manuel Lence, quien lo creo porque tener un sitio donde poder sentarse a charlar o discutir con sus amigos sin ser molestado. El Café Viena abrió sus puertas en 1928 y pronto se convirtió en un lugar de reunión para escritores y autores que celebraban sus reuniones allí. Este café fue uno de los que hablamos en nuestra entrada sobre Cafés de Madrid, su conservación es bastante buena y ha sabido adaptarse al paso del tiempo.



Para hacernos idea de la importancia de este grupo familiar, decir que en el pasdo año facturó 6,37 millones de euros y como hace 130 años, la elaboración de los más de 15.000 artículos que cada día salen de su obrador mantiene intactos dos principios: excelente materia prima (los ingredientes se ven) y una elaboración artesana de calidad. “Nos adaptamos sin renunciar a la tecnología. Facilita tareas y procesos”. asegura Antonio Lence, director gerente. La fidelidad e implicación de la plantilla, 150 empleados en los 15 locales que Viena Capellanes tiene en Madrid, es un aspecto destacado por José Antonio Lence, consejero ejecutivo. “La historia se repite, muchos de nuestros encargados de ahora empezaron despachando”



Parte de la historia de la empresa y las imágenes - predominando las antiguas que nos parecían mas interesantes y entrañables - que os ofrecemos en esta entrada están sacadas de la propia web del grupo. Quizá éste sería el único pero que le pondríamos, con tan buen material creemos que es una lastima que la web corporativa resulte tan poco estética y atractiva visualmente. Desde aquí y con nuestra mejor intención les recomendaríamos prestar también a este aspecto la atención necesaria para que esté a la altura del resto de la empresa hoy día que tan importante es la presencia en la red para las empresas.

8 comentarios:

  1. Viendo las fotos me ha llegado el olor a suizo recién horneado... Y a la película Camino, de Fesser.

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  2. Stultifer, si, vienen olores a bollo y pan recientes y se hace la boca agua. Recordamos que en Camino la familia del niño tiene una pasteleria, pero no si es Viena Capellanes o si las imagenes estan rodadas en una de ellas.

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  3. Yo era adicto a las agujas de ternera, que mi madre compraba en ocasiones especiales... que rico.

    No sabia que el Cafe Viena fuese del mismo grupo, es un lugar que siempre me ha gustado. Viena Capellanes lo veo ultimamente algo alicaido, epro asi estamos todos, imagino.

    Preciosa la tienda original, que maravilla.

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  4. Ardilla, eso son adicciones y no las otras... Todos tenemos sabores en el recuerdo y siempre tengo la duda o el temor de si al volverlos a probar ahora me sabran tan ricos o me decepcionaran.

    A mi el Cafe Viena me trae recuerdos de cafe irlandes (que bueno) en familia...

    Viena capellanes esta bastante bien, ha sabido permanecer y adaptarse pero quiza ya va siendo hora de dar otro pasito adelante, al menos en la actualización de su imagen interior, ademas en estos tiempos de crisis si se lo pueden permitir les puede hacer tomar posiciones para cuando vengan tiempos mejores.

    La imagen de la empresa se refleja muy bien en su pagina Web, muy buena en contenidos, pero no tanto en estetica,

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  5. Hola, mi nombre es Antonio Lence, y soy el Director de Viena Capellanes.
    Muchas gracias a Revisión Interior por la atención prestada a nuestra empresa y a los blogeros por sus comentarios... Por "resolver" alguna de las dudas; deciros que efectivamente las escenas de la pastelería de "Camino" de Javier Fesser están rodadas en nuestra tienda de la C/ Génova nº 25; y que además utilizan el nombre "Viena" en repetidas referencias, por que alli es donde trabaja la madre de Jesús, el "noviete" de la protagonista.
    Con respecto a la actualización de contenidos de la Web corporativa; muchas gracias por los comentarios, en los que os doy la rezón; necesita una actualización y estamos en ello; se han ido haciendo algunas adaptaciones, pero tiene el mérito de que fuimos pioneros en Internet, por que lleva más de 10 años colgada; en los ultimos tiempos hemos prestado más atención a nuestra Web comercial (www.vienacatering.com) estamos mejorandola, y espero que dentro de poco tiempo podamos ofrecer contenidos mucho más visuales y atractivos. Si quereis conocer algun aspecto más de Viena Capellanes, tenemos videos en Youtube, y hay un reportaje muy interesante en Esmadrid televisión... ¡¡Gracias por vuestros comentarios!!

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    1. En el año 69 yo me fui a Madrid desde mi Granada natal para estudiar. Como tenía la Academia Gauss muy cerca de Génova solía comprarme cada mañana un sándwich vegetal.
      Una verdadera delicia.Precisamente la decoración de época que tiene Viena Capellanes es lo que le da el encanto que tiene.Felicidades por mantenerla y que sea por muchos muchos años

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  6. Alence, bienvenido y muchas gracias por tu comentario y por aclararnos esas dudas.

    Dice mucho de una empresa el que su director preste atencion a cuanto se diga de ella en cualquier medio, por insignificante que este sea, y que acepte de tan buen grado unas criticas que intentan ser constructivas; hechas con la unica intencion de contribuir a la mejora de una buena empresa que por lo que se ve esta tambien en buenas manos.
    Un cordial saludo.

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  7. Gracias a vosotros, por la crítica que consideramos muy constructiva. El elogio es muy agradable y también hay mucho de eso en vuestro Blog; pero de la crítica (sobre todo si es positiva y no destructiva), se aprende mucho más.
    A pesar de los 137 años que nos contemplan, creo que somos una empresa moderna y actual, que nos adaptamos a las circunstancias cambiantes, a la nueva Sociedad. En estos momentos duros para todos, estamos metidos de pleno en unao de los proyectos más ambiciosos de toda nuestra Historia, con un nuevo obrador Central, en el que mantenemos toda nuestra esencia de artesanos, pero en un entorno que es un modelo para cualquier empresa de alimentación. Una apuesta de futuro en unos momentos delicados, pero de los que con ilusión y con trabajo sacaremos adelante... Entretanto también mejoraremos nuestra Web corporativa para ponerla mucho más atractiva y moderna... ¡¡Gracias!!

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